Experimentar choques culturales al irse a vivir a otro país es muy común. De hecho, mudarse es una gran oportunidad para conocer nuevas culturas y tradiciones. Cada lugar tiene sus costumbres y eso forma parte del encanto de viajar y entrar en contacto con personas con formas de ver el mundo y con actividades cotidianas que pueden parecer sorprendentes para quienes no estén acostumbrados. Con las redes sociales, y especialmente con TikTok, muchos pueden ver cuáles son las sorpresas que se llevan los extranjeros en los países a los que llegan.
Es el caso de Dany (@danycblike en TikTok), que cuenta a sus seguidores cómo todo aquello que le sorprende viviendo en España, así como los shocks culturales que ha tenido al mudarse desde Cuba. La joven ha publicado un vídeo diciendo qué cosas de España le parecen “raras”, a pesar de que para los españoles sean las más normales y cotidianas.
Te puede interesar: Una americana que vive en España explica la tradición que le sorprendió cuando pagamos en un restaurante
La calefacción central
Entre las cinco cosas que “no entiende” de España nos encontramos la calefacción. “Yo vivo en un piso donde la calefacción está que ustedes ven aquí se pasa desde octubre hasta marzo, febrero por ahí encendida y es verdad que podemos quitar todas las de la casa por si ya después hace mucho calor, pero la del baño no se quita cuando tú entras ahí parece que has entrado al infierno así y sales del baño todo sudado y entonces después entras al 4.º y es suave el cambio”, explica, aunque matiza que esa es su experiencia y que no se repite en todo el país.
El gotelé
El segundo choque cultural es casi intergeneracional: el gotelé, el sistema decorativo de las paredes que también se cuestiona en España. “No he visto una cosa más fea que esto en la pared, no, esto se llama el gotelé y yo de verdad yo no entiendo por qué esto está aquí si esto está más feo. De verdad, muy mal gusto”, añade.
Te puede interesar: La economía española supera las expectativas y crece un 2,5% en 2023
La puerta blindada
Otra de las sorpresas de la cubana ha sido la puerta que da al pasillo en su edificio. “Esto que nunca antes lo había visto, porque por supuesto mi casa en Cuba no existía y es la seguridad que tiene esto la puerta, esto aquí es una puerta blindada, Bueno, no sé cuántos pasadores tiene y son cosas que a ver, se entiende que por la seguridad”, cuenta.
El telefonillo de “ricos”
Por último, ha hablado del telefonillo: “Yo puedo hablar con la persona que me trae el paquete o lo que sea. Aquí lo abro y aquí lo veo. Lo que me pasa que cuando le doy una vez, solo abre la primera puerta, porque esto tiene dos. Entonces, tengo que esperar. Es un lío tremendo. Esto en Cuba era de ricos, así que yo con esto me siento empoderada y rica”.