Multa de 5.040 euros para el dueño de un bar de Gijón por ser testigo y no impedir el ataque sexual a una clienta semiinsconsciente

La mujer, que tenía 29 años cuando ocurrieron los hechos en 2017, presentaba signos de intoxicación etílica

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Copas de absenta en el bar Marsella (annebethvis / Flickr)
Copas de absenta en el bar Marsella (annebethvis / Flickr)

Un hombre dueño de un bar en Gijón, Asturias, ha sido condenado a pagar una multa de 5.040 euros por no impedir los abusos sexuales que un hombre realizó a una mujer que se encontraba semiinconsciente en el bar que regentaba. A pesar de que los abusos se produjeron delante suyo, el acusado no hizo nada por detenerlos. Además, deberá indemnizar a la víctima con 2.000 euros por daños morales, según ha confirmado el Tribunal Supremo este 30 de enero de 2024.

Los hechos ocurrieron el 27 de julio de 2017, cuando la mujer, de 29 años de edad entró a las 7:26 horas en el establecimiento y durante tres horas bebió distintas bebidas alcohólicas de gran porcentaje. Debido a la ingesta, la mujer se encontraba “semiinconsciente y próxima a la intoxicación”, como ha asegurado Poder Judicial en una nota de prensa. ´

La joven presentaba signos de intoxicación etílica como “aturdimiento, falta de coordinación, gran dificultad para mantener el equilibrio, llegando a caerse varias veces al suelo en un estado de semiinconsciencia y perdiendo las extensiones que llevaba en el pelo y el calzado”, explican sobre el estado de la joven. Además, el joven le desposeyó de móvil y su cartera.

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La mujer fue víctima también de un segundo individuo, del que sufrió tocamientos de naturaleza sexual, besos, abrazos, manoseos, ser llevada a horcajadas y colocada donde el individuo quería”. La víctima intentó “zafarse de él” pese a que se encontraba “con sus fuerzas mermadas” tras la ingesta alcohólica, según ha explicado el alto tribunal. Sin embargo, este segundo individuo no ha podido ser juzgado porque se encuentra en paradero desconocido.

Tras bajarle los pantalones a la joven, le tocó las nalgas y metió sus manos entre los muslos, y posteriormente se bajó los pantalones. Tras esto, “se masturbó e intentó que le “practicara una felación”. Estos hechos ocurrieron delante del dueño del bar, que permaneció en el local y no impidió el ataque contra la joven “cuando bien pudo evitarlo sin riesgo propio ni ajeno, permitiendo, con su pasividad, actuar libremente al abusador”.

A fecha de la relación del juicio, el Tribunal Supremo ha desestimado que debido a la situación alcohólica en la que se encontraba la mujer tuvo una amnesia que le impidió recordar lo ocurrido.

El acusado aportó las grabaciones de la cámara de seguridad

El acusado aportó las grabaciones de la cámara de seguridad del bar. Sin embargo, después pidió que estas se declarasen como nulas, algo que el Supremo ha rechazado, ya que la entrega fue a disposición de ese cuando compareció como testigo por “delito de hurto”. “La entrega fue voluntaria, y conocía plenamente el contenido de las citadas grabaciones, precisamente, porque estuvo presente en todo momento en el pub”, ha escrito el alto tribunal.

El Supremo ha declarado que en las imágenes se ve “con total claridad” como el acusado presenció los abusos sexuales de los que fue objeto” la mujer. El hombre se encontraba en varias ocasiones en la barra del bar donde servía.

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