Los programas de misterio son, desde hace años, la parcela de Iker Jiménez y es que con su trabajo y dedicación al espacio Cuarto Milenio ha logrado una gran cantidad de seguidores ávidos por conocer las noticias sobre los sucesos o rincones más enigmáticos del mundo. Entre esos lugares no podía faltar todo un clásico, la famosa Área 51, situada en el desierto de Nevada, en Estados Unidos, y donde se dice que habría una base secreta con información clasificada sobre vida extraterrestre.
Iker, como buen investigador, ha tratado el tema en varias ocasiones, pero nunca lo había hecho como hasta ahora. Ávido de seguir aportando todo lo posible a sus espectadores, ha viajado con su mujer y compañera de programa, Carmen Porter, y su hija hasta este recóndito rincón de Norteamérica para grabar los alrededores y, como se suponía, no fue una tarea fácil.
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El resultado de este viaje se pudo ver en el último programa de Cuarto Milenio, donde quedó claro que el Área 51 es un lugar cargado de misterio. “¿Por qué hay tanta seguridad aquí si supuestamente aquí dentro no se guarda nada?”, se preguntaba Carmen Porter en la grabación, dando a entender que se trata de algo sospechoso.
Para conocer a fondo la zona y evitar perderse, ya que está en medio del desierto, la familia viajó junto a un guía local que les llevó hasta la puerta sur, donde se bajaron del coche para acercarse a la valla y poder mirar a través de ella. Fue entonces cuando vieron que dos camionetas comenzaron a acercarse a ellos de manera lenta, deteniéndose en varias ocasiones hasta parar a un centenar de metros de distancia.
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“Vienen para acá. Vienen hacia nosotros. Mami, métete en el coche”, avisaba la hija de la pareja, quien finalmente se metía en el vehículo para seguir grabando por indicación de su madre. Ella, por su parte, se quedó en el exterior junto a Iker y el guía, atenta a lo que podría suceder. Tras lo que podía haber sido un susto, Porter concluyó que “pensaba que iba a estar más masificado. Lo que más me llama la atención es que estamos en completa soledad. No se escucha absolutamente nada. Sí que es cierto que en cuanto hemos llegado esas cámaras se han vuelto para identificar quién venía hasta aquí”. “Estamos en la base secreta más conocida de todo el mundo”, añadía Iker Jiménez por su parte.
Finalmente, la furgoneta terminaba por marcharse y es que, según el guía, “normalmente son gente que reside en Las Vegas y no quieren ser grabados, porque podrían ser descubiertos”. No solo ellos prefieren pasar desapercibidos, también los trabajadores, que “tienen totalmente prohibido hablar de lo que hacen allí dentro”.