Anidada en el corazón del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, la localidad cordobesa de Rute emerge como un destino con enorme encanto y relevancia histórica en la región de Córdoba. Su excepcional belleza natural, que conjuga espléndidos paisajes montañosos y valles fértiles de olivares y frutales, se inserta en las pupilas de aquellos que la visitan.
Pero la riqueza de Rute no se limita solo a su entorno natural, ya que esta villa atesora una herencia cultural palpable a través de sus monumentos históricos y una tradición gastronómica que ha conquistado paladares de todo el país. Además, Rute también destaca por su producción artesanal de anís y licores, que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo de la región. El Museo del Anís, uno de los principales atractivos de la localidad, permite a los visitantes explorar la historia y el proceso de elaboración de estas bebidas tradicionales.
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Con su rico patrimonio y su exquisita producción artesanal, Rute se erige como un destino que fusiona la naturaleza y la cultura de manera inigualable, invitando a todos a sumergirse en su encanto.
La historia de Rute
La historia de Rute es un fascinante viaje a través del tiempo. En este lugar, se han encontrado útiles paleolíticos que revelan que la tierra ya había sido habitada en la época Neolítica. Sin embargo, el origen histórico de la localidad se remonta a tiempos árabes, pero su verdadera entrada en la historia ocurrió durante la Edad Media, en el contexto de las guerras de Reconquista.
Después de alternar entre manos musulmanas y cristianas, finalmente fue conquistada en 1435. Durante este período, la población se trasladó a su ubicación actual, y la villa prosperó bajo el patrocinio de los Fernández de Córdoba.
A lo largo de los siglos, Rute evolucionó desde un enclave agrícola y ganadero hasta un importante centro de producción de anís y licores. Durante el siglo XX, experimentó un crecimiento económico significativo, especialmente en la industria del anís, y enfrentó desafíos como la emigración y la construcción del Embalse de Iznájar. Con la llegada de la democracia, Rute ha diversificado su economía, centrándose en el turismo agroalimentario, la producción de mantecados y su rica tradición de olivares.
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Un paseo por la localidad
Las calles de Rute son una exposición en sí mismas. Entre su extenso patrimonio religioso destacan construcciones como la parroquia de Santa Catalina Mártir, la de San Francisco de Asís, el santuario de Nuestra Señora del Carmen, la ermita de San Pedro, la capilla de la Vera Cruz y la Iglesia de San Sebastián.
A esto se le suman otros espacios como el monumento al anís, el canuto, las ruinas de Rute el viejo y el castillo. Además, el entorno natural se hace eco en el propio pueblo, pues enclavado en el Parque Natural de la Sierra Subbética, cuenta con una oferta rural y senderista que es perfecta para los más aventureros.
La reserva de burros Rute
La Reserva de Burros de Rute es un enclave de enorme importancia tanto cultural como ecológica. Este espacio protegido alberga una población significativa de burros andaluces, una raza autóctona que desempeñó un papel fundamental en la historia agrícola de la zona. Fue en 1989 cuando surgió el proyecto ADEBO, una iniciativa que incluye actividades de exaltación al burro, así como el rescate de asnos abandonados, entre otros.
A día de hoy, la reserva se ha convertido en un centro de conservación y educación ambiental, promoviendo la preservación de esta especie emblemática. Las instalaciones de la Casa del Burro se encuentran en el Pinar de la Sierra de Rute, en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas. Desde sus inicios ha contado con la colaboración de personajes de gran repercusión social como Rafael Alberti, Camilo José Cela, Antonio Gala, José Saramago, Ágata Ruíz de la Prada, Tico Medina, Carmen Thyssen, etc. Por todo ello, La Reserva de Burros de Rute, en línea con los estándares de conservación y promoción de lo local, este espacio es un testimonio vivo de la importancia de preservar la cultura y el entorno.