Dicen que a través de ciertos elementos muy marcados, como puede ser el caso de la música, el cine o la moda, puedes conocer la verdadera personalidad de alguien. La literatura es, también, una puerta abierta al alma de un ser humano, pues ésta refleja los intereses primitivos y una incipiente curiosidad por lo ajeno y desconocido. En el caso de Rosalía, su música no es sólo una amalgama de notas y letras fusionadas en una partitura. Las composiciones de la artista catalana beben de las páginas de sus lecturas, convirtiendo sus relatos musicales en historias capitulares.
La biblioteca personal de Rosalía esconde algo más que una simple recomendación, es una invitación a conocer su mundo interior: escogidos estratégicamente para acompasar los sentimientos por los que navega y mostrados de forma mística en sus redes sociales para mostrar cuáles son sus pinceladas de inspiración. No en vano, cada imagen que la catalana sube en redes sociales junto a un libro, ya sea en su mano, en su cama o en su mesilla de noche, se convierte en una especie de Jumanji académico para descifrar su título.
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La primera vez que una obra la inspiró en el estudio fue con El Mal Querer (2018), disco que la encumbró en el altar de la notoriedad y que, probablemente, mejor explica la forma de trabajar de la catalana. Aunque es el único caso en el que Rosalía ha admitido haberse inspirado de forma literal en una novela para su música, su estantería personal de obras es una fuente inagotable de pasajes e historias que conforman su ethos artístico.
La ‘Flamenca’
El Mal Querer, el disco con el que Rosalía pasó de promesa a estrella en nuestro país, bebe de la novela Flamenca (El Roman de Flamenca en español): una obra de autor desconocido publicada hace más de siete siglos en la que se analiza la metamorfosis del amor, desde los momentos celestiales hasta la caída a los infiernos a causa de los celos del marido de su protagonista. Su historia es revolucionaria, de ahí que Rosalía sintiera atracción por ella, porque pone a la mujer en igualdad de condiciones con respecto al hombre y habla de un renacimiento en clave femenina.
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Rosalía bebió de Flamenca y trasladó la lectura a su experiencia personal tras su ruptura con C. Tangana para componer uno de los mejores discos de la música española: un tratado emotivo en el que la cantante pasaba por todas las etapas de una ruptura. La escucha de El Mal Querer es un viaje por los rincones más transitados del mundo, los del amor. Canción tras canción, la catalana narra la lucha de egos, de pasiones y de sentimientos que enfrentan a una pareja atravesada por los celos y la ceguera. De la boda a la muerte, el segundo álbum de la cantante es una travesía que relata la ganancia, la pérdida y el crecimiento a raíz de un evento canónico, como dirían los centennials en TikTok.
En capítulos, como si se tratara de un libro, El Mal Querer replica la estructura de una novela para ir marcando el avance de la historia que relata. Así, la primera canción, Malamente, hace referencia al primer capítulo, ‘Augurio’. Progresivamente, y a través de los títulos de sus canciones, Rosalía va añadiendo detalles sobre el porvenir de la protagonista: ‘Boda’, ‘Celos’, ‘Disputa’, ‘Lamento’, ‘Clausura’ o ‘Liturgia’. Cada canción es un episodio nuevo. El rumor apunta a que el desamor es la mejor gasolina creativa, algo que la catalana confirmó al dar vida a un disco que es, a su vez, una historia, una obra, una representación visual y sonora de uno de los sentimientos universales.
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Vuong, Liddell y Kaus
Tras la inspiración obtenida con Flamenca, la artista ha mostrado en sus redes sociales los otros títulos que han copado su mesita de noche. Eso sí, con ellos no se puede hacer un trazo tan directo hacia sus canciones, como sí ocurría en el caso de la novela anónima que la inspiró para componer su segundo disco. Conociéndola, no da puntada sin hilo y es altamente probable que algunos de los pasajes de dichas obras la hayan inspirado dentro y fuera del estudio.
Uno de ellos es En la tierra somos fugazmente grandiosos (Editorial Anagrama, 2019), la novela de Ocean Vuong, poeta vietnamita-estadounidense, en la que un joven homosexual e inmigrante le envía una larga carta a su analfabeta madre. Es uno de los títulos predilectos de las nuevas generaciones porque, no sólo refleja la sensibilidad suprema de su autor, también la brecha generacional entre miembros de un mismo clan familiar.
En verano, el Instagram de la catalana volvió a mutar en librería al recomendar Agua y jabón (Editorial Anagrama, 2022), la obra de Marta D. Riezu con un singular y original enfoque en el que la autora habla de un popurrí de elementos sencillos que, por su utilidad y simplismo, se convierten en elegantes e icónicos. Esa descripción podría adscribirse a la música de la catalana, capaz de convertir un casco de moto en una hermandad musical repleta de feligreses.
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Tras su ruptura con Rauw Alejandro, dos novelas se han erigido como las principales fuentes de entretenimiento y escape para la catalana, y ambas están relacionadas con el feminismo, lo que no sólo indica que la lectura está siendo un refugio para la artista, también una fuente de inspiración (como ya ocurriera con Flamenca, una obra muy adelantada a su tiempo). La primera es La casa de la fuerza (La uña rota, 2011), de Angélica Liddell, una obra sobre feminicidios en la que “el amor fracasa, la inteligencia fracasa, y nos destrozamos los unos a los otros, por cobardía, y humillamos y somos humillados hasta el final”, según palabras de la propia autora.
El desamor, la dominación de género, el dolor, el suicidio, la resistencia y la locura son algunos de los temas que Liddell aborda en esta crepuscular obra con la que Rosalía parece retornar a sus inspiraciones primitivas. El otro título que ha aparecido recientemente en las redes sociales de la ‘motomami’ es Amo a Dick, la novela de Chris Kaus considerada como una de las grandes obras feministas de los últimos tiempos. Publicada originalmente en 1997, pero rescatada en español en 2013 por la editorial Alpha Decay (traducción de Marcelo Cohen), la obra es un baile entre la ficción y la realidad, entre el ensayo y la narrativa. En la obra, una artista frustrada al borde de los cuarenta años cae en tal estado de frenesí amoroso que decide alejarse de una vida a la sombra de su exitoso marido y perseguir a su oscuro objeto de deseo.
Habrá que esperar para comprobar si la nueva era musical de la catalana se inspira en alguna de estas novelas. Lo que está claro es que Rosalía no escoge los libros al azar: su biblioteca es un tesoro conectado con su discografía.