El año pasado, tres de cada diez trabajadores que accedieron al retiro lo hicieron voluntariamente de forma anticipada. Esta es una modalidad de jubilación cada vez más demanda entre el público español. El principal punto a favor es que los trabajadores pueden empezar a cobrar su pensión antes de alcanzar la edad ordinaria de jubilación, que actualmente se fija en los 66 años y seis meses, salvo para aquellas personas que tengan más de 38 años cotizados, que pueden acceder al subsidio con 65 años. Por norma general, la jubilación anticipada mejora la calidad de vida de los beneficiarios, aunque no siempre tienen derecho a cobrar el 100% de la prestación.
La reducción de la cuota puede entenderse como una de las principales desventajas de esta modalidad, porque los trabajadores no siempre reciben la pensión completa. La Seguridad Social tiene en cuenta distintos factores, como el número de años cotizados y la situación laboral de los demandantes. Las regulaciones y los requisitos específicos para la jubilación anticipada suelen cambiar con el paso del tiempo. Este año, por ejemplo, los organismos públicos han retrasado la edad para solicitar el retiro y algunos profesionales podrán hacerlo con hasta dos años de antelación.
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La edad mínima para solicitar la jubilación anticipada voluntaria se ha retrasado hasta los 64 años y seis meses, aunque los trabajadores que han cotizado 38 años o más pueden abandonar el mercado laboral al cumplir los 63 años. Esto es consecuencia del retraso de dos meses que ha sufrido con el cambio de año la edad legal de jubilación. En cualquier caso, los demandantes tienen que haber cotizado un mínimo de 35 años. Los españoles pueden acceder a la jubilación anticipada voluntaria hasta 24 meses antes de alcanzar la edad ordinaria de jubilación. El importe de pensión resultante ha de ser superior a la cuantía de la asignación mínima, pero normalmente queda por debajo del dinero que reciben los beneficiarios de las prestaciones ordinarias.
Los pros y los contras de la jubilación anticipada
El sistema de pensiones actual contempla la posibilidad de acogerse a la jubilación anticipada voluntaria, de manera que los trabajadores pueden retirarse hasta 24 meses antes de la edad estipulada, aunque solo si se acreditan, al menos, 35 años de cotización. La Seguridad Social aplica unos coeficientes reductores para calcular la cuantía de este tipo de prestaciones, que puede cambiar en función del número de meses de adelanto y del período de cotización total acumulado. Los coeficientes reductores de la jubilación anticipada voluntaria se sitúan entre estos porcentajes mínimos y máximos:
- Un máximo del 21% en caso de adelantar 24 meses (dos años) el retiro y contar con menos de 38 años y seis meses cotizados.
- Un mínimo del 2,81% en caso de adelantar un mes la jubilación y disponer de más de 44 años y seis meses cotizados.
La aplicación de los coeficientes reductores sigue un criterio progresivo, de forma que los trabajadores, cuanto más tiempo adelanten el retiro, menos dinero recibirán en su futura pensión. Las personas que opten por jubilarse 24 meses antes de la edad establecida —máximo permitido— sufrirán una rebaja del 21% en la cuantía, mientras que los ciudadanos que dejen el trabajo 23 meses antes de lo establecido, tendrán que descontar el 17,6%. Los españoles que abandonen el mercado laboral 22 meses antes de la fecha límite, tendrán que aplicar un coeficiente reductor del 14,6%, mientras que los que soliciten la jubilación anticipada voluntaria 21 meses antes, solo verán rebajada la prestación un 12,57%. Los demás porcentajes están por debajo del 11%.