La eurodiputada letona Tatjana Zdanoka, en España conocida por sus lazos con el independentismo en Cataluña, habría trabajado durante más de una década como agente de los servicios de inteligencia de Rusia, revela una investigación difundida por la revista The Insider en colaboración con el portal Delfi Estonia, el centro de periodismo de investigación Re:Baltica y el periódico Expressen. Varios correos electrónicos apuntan a que al menos entre 2004 y 2017, Zdanoka informaba a dos oficiales del Servicio Federal de Seguridad (FSB), heredero de la KGB.
Zdanoka pertenecía a la familia parlamentaria de Los Verdes/Alianza Libre Europea (contiene a fuerzas nacionalistas) hasta 2022, cuando comenzó a ser diputada no adscrita tras desobedecer al grupo, negándose a condenar la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin. Nunca había ocultado su sentimiento prorruso, pero la no condena suponía un salto cualitativo. En los correos interceptados y en disposición de los periodistas encargados de la investigación hay “informes explícitos y detallados” que demostrarían los servicios prestados por la dirigente al Kremlin.
Ya en 2014, cuando Moscú irrumpió en Crimea -donde viajó-, la BBC publicó que Zdanoka trabajó para desbaratar la independencia de su propio país, Letonia. The Insider aporta nombres, fechas y documentación en una muy extensa información. Para la mayoría de los letones, apunta el medio, no es ninguna sorpresa esta revelación. Tampoco para una mayor parte de la política o la gran empresa local, prooccidentales, que la llevan largo tiempo considerando ajena a sus intereses.
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Zdanoka organizaba jornadas para organizaciones prorrusas “antifascistas” letonas y estonias. Un alto responsable de los servicios de seguridad de Estonia declara que sus actividades “son parte de una operación divisiva coordinada por el Kremlin” ya detectada hace 20 años. “Rusia trata a los países bálticos como una sola región, empleando el mismo modelo para resquebrajarlos, involucrando a menudo a las mismas personas y organizaciones”, lamenta este cargo.
Junqueras, Puigdemont
En relación con Cataluña, la eurodiputada no ha escondido estar a favor de la causa secesionista y reuniones y fotografías muestran cercanía con miembros de ERC, incluido con su presidente, Oriol Junqueras. De hecho, el propio Junqueras o Raül Romeva, entre otros, se vieron con ella en Bruselas en julio de 2021, tras ser indultados por el Gobierno de Pedro Sánchez y puestos en libertad.
Precisamente este lunes ha trascendido una novedad acerca de los tantos veces referidos vínculos entre el régimen de Putin y el independentismo catalán, si bien ninguna sentencia ha demostrado injerencia hasta la fecha. El juez de Barcelona que instruye el caso Voloh, Joaquín Aguirre, ha subrayado en un auto que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, hoy prófugo en Bélgica y clave para la gobernabilidad de España -ya lo fue para la investidura de Sánchez- y otros miembros de su Govern mantuvieron “estrechas relaciones personales” con el Kremlin, dispuesto a apoyar “económica y militarmente” la independencia de Cataluña.
Estos hechos, sostiene el juez, podrían ser constitutivos de un delito de traición, que no está entre los perdonados por la ley de amnistía a la que aspira Puigdemont a cambio de haber dado su apoyo a Sánchez para su continuidad en el Palacio de la Moncloa. Otro juez, de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, apunta a otros hechos que también escaparían de los términos pactados entre Junts y PSOE para la amnistía, y por tanto que impedirían a Puigdemont regresar a España sin ser detenido.
Según Aguirre, los contactos de Puigdemont con emisarios del Kremlin tendrían que ver con querer asegurar para Cataluña una salida de la Unión Europea (UE) sin que la región, convertida en estado, perdiera suministros clave o quedara expuesta sin un ejército propio.