Juan Luis Pachón, 71 años, lo resume todo con esta frase. “Si hay dinero para los toros, pero no para la cultura”. Lo dice resignado. Pachón y sus dos hermanos llevaban 29 años regentando el cine de San Martín de Valdeiglesias, un pequeño municipio madrileño de 9.000 habitantes que hace frontera con Ávila en el suroeste de la región. Regentaban en pasado porque cerraron el cine en agosto de 2023. “La última película que emitimos fue ‘Tortugas Ninja, caos mutante’. Siempre traíamos películas de estreno”, rememora.
Pachón y sus hermanos han tenido que cerrar en San Martín porque el negocio ya no le era rentable. Y eso que emitían en un teatro propiedad del Ayuntamiento. La era de Internet y las plataformas como Netflix, HBO, Disney o Amazon han hecho que los pequeños cines de pueblo estén abocados al fracaso. Pero los Pachón, que actualmente también tienen cines de verano en Villaviciosa de Odón y en Pelayos de la Presa, y abrieron hace años el primer cine en Alcorcón, han intentado hasta el último momento que el Ayuntamiento, gobernado por el PP, les echara una mano.
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“No queríamos subvenciones, sino un convenio de colaboración que nos ayudara a cubrir costes”, explica la familia. ¿Cómo? El cine de San Martín abría varios días a la semana. El precio de las entradas era de seis euros, cinco euros los lunes como día del espectador. El teatro tiene 390 asientos. “Lo que pedíamos te lo resumo en un ejemplo. Si al mes cubrimos costes vendiendo 100 entradas y solo vendíamos 80, que las 20 restantes las adquiriera el Ayuntamiento a coste del beneficio, 2,25 euros. Lo dicho, para al menos cubrir costes”. El cine solo tenía dos empleados.
“Entre enero y junio de 2023 perdimos 3.178 euros. No me puedo creer que un Ayuntamiento no pueda permitirse ese gasto para fomentar la cultura y que su municipio tenga un cine”, se lamenta Pachón. “Cuando sí se pueden gastar 100.000 euros en una corrida de toros”. Este empresario cinematográfico se refiere a los 90.750 euros que el Ayuntamiento de San Martín se ha gastado en contratar unos festejos taurinos y otros 18.000 euros en un circuito de rejones. “El cine está muerto en los pueblos. Al teatro aún se le ayuda, pero al cine...”, asegura.
Un portavoz del Ayuntamiento asegura que el convenio que proponía Pachón y sus hermanos “era ilegal”. El Consistorio cedió hace muchos años el teatro para que se proyecten películas. A cambio, según el último contrato, la empresa Pachón pagaba un canon de 156 euros al mes y se encargaba del mantenimiento básico del teatro. “No hemos actualizado ni el IPC de estos 156 euros con el paso de los años. Lo que no puede pretender un negocio privado es que si no es rentable, lo público le cubra los costes. Es que como si un bar nos dijera que no vende las suficientes cervezas y que el Ayuntamiento le tiene que comprar algunas para cubrir costes”, explican desde el Gobierno local del PP, que lleva cinco años gestionando esta localidad.
El grupo municipal socialista, ahora en la oposición, lo ve de otra forma. “El teatro es una instalación pública. Lo primero que tenía que haber hecho el Ayuntamiento es invertir en mejorar las butacas y la sonorización. Incluso hay goteras en el techo. Y en segundo lugar, estamos hablando de subvencionar cultura, no un bar”, señala Paula Rodríguez-Jordán, edil socialista. “Yo creo que estamos lo suficientemente alejados de Madrid para que los servicios culturales sean una prioridad. Que haya cine o no influye en mejorar la calidad de vida de la ciudad y que no perdamos población, por ejemplo. Para mí fue muy triste el día que se fueron los Pachón. Mis hijos han ido desde pequeñitos a este cine. Es parte de tu vida. El cine es tranversal. Y si eso se pierde, se pierde la esencia de un pueblo. Los jóvenes pierden una opción de ocio”, concluye.