A lo largo de nuestro país se pueden encontrar un gran número de villas medievales que muestran el gran legado cultural e histórico de la zona. Estas localidades solían estar dominadas por imponentes castillos, constituyendo a día de hoy un rico patrimonio que se traduce en todo su conjunto histórico. Sin embargo, muchas de ellas están escondidas esperando mostrar todos sus encantos.
Este es el caso de Artajona, un pequeño pueblo situado a caballo entre Olite y Puente la Reina, en Navarra, que es una de las grandes joyas olvidadas de la España, edificada durante la Edad Media. Se trata de uno de los pueblos más bonitos de la comunidad autónoma que, pese a su antigüedad, se encuentra en un estado de conservación fantástico. Además, cuenta con un paisaje marcado por la diversidad del terreno y la vegetación autóctona.
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Pero si por algo destaca es por su conjunto medieval, el cual está formado principalmente por su muralla medieval en muy buen estado y una iglesia-fortaleza con mucha historia. De la fortificación religiosa, conocida como Cerco de Artajona, quedan aún nueve torres de las catorce que originalmente se construyeron.
Una impresionante muralla
La muralla que conecta todas las torres fue construida en el siglo XII y aún se mantiene en pie, aunque han sido necesarias varias reconstrucciones a lo largo del tiempo. La estructura en su conjunto protege a la iglesia-fortaleza de San Saturnino, que servía de campanario y punto de vigía. Construida en el siglo XIII, sobres las ruinas de un templo románico, formó parte de la defensa del conjunto, con sus robustos muros y contrafuertes, entre otros elementos.
Para los más curiosos en la historia del Arte, la fachada de San Saturnino alberga una portada gótica del siglo XII donde están grabados la Reina Juana de Navarra, conocida históricamente como Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, y su marido Felipe el Hermoso. Ya en el interior, un retablo gótico de comienzos del siglo XVI ilustra la estancia.
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Una característica que hace única a esta fortaleza es que las torres de la muralla son huecas y dejan un lateral al descubierto. La intención de este diseño era clara: servir de refuerzo para la muralla, mientras que podían ser útiles también para la vigilancia y la defensa. A partir de 1999 fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y comenzó a recibir financiación para su conservación.
La muralla tiene un largo recorrido histórico y sus enemigos fueron variando a lo largo del tiempo. El primer levantamiento tuvo un claro enemigo: los musulmanes que accedieron a la península ibérica a comienzos del siglo VIII y que perduraron en el territorio durante varios siglos. Aunque las guerras entre el Reino de Navarra con los reinos castellanoleoneses que llegaron después de la Reconquista también provocaron que estas protecciones frenaran el avance de reinos cristianos.
Un paseo por Artajona
Al adentrarse en el interior del pueblo, el visitante se topa con un tejido urbano que conserva su trazado medieval, donde las estrechas calles y las casas con fachadas de piedra crean un ambiente que parece haber detenido el tiempo. Así, un paseo por sus callejuelas permiten descubrir monumentos como la ya mencionada iglesia de San Saturnino o el Portón de la Villa, una de las entradas al recinto amurallado del Cerco y que es un punto emblemático en el pueblo.
Destaca también la plaza de los Fueros, que ubicada en el centro de Artajona, es el centro neurálgico de la localidad. Igualmente de su entorno natural, con paisajes que invitan a la práctica de actividades al aire libre como el senderismo, el ciclismo o la observación de aves. La proximidad a zonas de interés como la Sierra de Ujué o el embalse de Urdalur ofrece opciones variadas para aquellos interesados en conectar con la naturaleza y disfrutar del aire libre.
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Cómo llegar
Desde Pamplona, el viaje es de alrededor de 30 minutos por las carreteras AP-15 y NA-6020 (hay peajes). Por su parte, desde Logroño el trayecto tiene una duración de alrededor de 50 minutos por la vía A-12 y carretera la Zona Media.