El Ministerio de Sanidad pondrá en marcha un Plan de Actuaciones Específicas ante el Suicidio, con medidas de prevención que mejorarán la asistencia del teléfono 024 y que incluirán un enfoque específico de los determinantes sociales y las causas que explican el fenómeno, así como otro centrado en jóvenes.
Así lo ha avanzado la ministra de Sanidad, Mónica García, en su primera comparecencia en el Congreso, donde ha insistido en que una de las prioridades de su departamento es la salud mental, de ahí la creación de la figura de un alto comisionado que aborde de forma más específica las medidas necesarias para “disminuir la carga de sufrimiento psíquico en nuestro país”.
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En paralelo, buscará alcanzar un Pacto de Estado por la Salud Mental que “asegure una financiación suficiente y una buena coordinación entre administraciones” y seguirá avanzando en el diseño de la especialidad de Psicología Clínica Infanto-juvenil para responder a las necesidades de atención especializada de este grupo de población. Además, Mónica García piensa materializar un plan antisuicidio, una demanda de la sociedad civil que no se incluyó finalmente en la estrategia de salud mental aprobada por el Gobierno a finales de 2021.
“Creemos necesario ir más allá”, ha indicado. El plan tendrá como objetivo prioritario dar respuesta “a una preocupación social” que radica en el aumento de la conciencia sobre el fenómeno, especialmente en jóvenes. Una alarma social que, ha especificado, no viene de un aumento significativo de los datos globales porque España tiene unas cifras de suicidio “relativamente bajas”, pero “nunca son suficientemente bajas”.
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Responder a una demanda histórica
”Se trata de una demanda a la que hay que responder desde la responsabilidad democrática y la máxima sensibilidad social, y desde el análisis concienzudo de qué factores pueden llevar a una persona a un punto de desesperanza como para tomar la decisión de dejar de vivir”, ha puntualizado. En este sentido, García ha señalado que la evidencia disponible desvela que aquellas personas de menor renta, las personas nacidas en un país extranjero o aquellas que pertenecen a grupos marginalizados “presentan un mayor riesgo de suicidio”. “Es decir, sabemos que la desigualdad opera en los intentos de suicidio”, ha matizado.
De esta forma, la ministra ha reivindicado una “mirada de determinantes sociales” y un “enfoque salubrista” para abordar la conducta suicida de cara a comprender las causas y poder así diseñar medidas efectivas.Por todo ello, el futuro plan incorporará acciones de mejora del programa de Atención telefónica al Riesgo Suicida 024 y pondrá en marcha paneles de expertos sobre suicidio, al que se unirá otro específico sobre comportamientos suicidas en jóvenes y adolescentes, con la participación directa de estos.
Además, trabajará en la recogida y elaboración centralizada de información sobre el fenómeno para su investigación, comprensión y mejor abordaje “desde una perspectiva de determinantes sociales” y se implementarán medidas preventivas que hayan demostrado reducir el comportamiento suicida y el sufrimiento relacionado con el mismo.
En todo ello, Sanidad considera “esencial” la participación e intervención de otros ministerios, especialmente los de Juventud, Justicia y Educación, por lo que se coordinará con estos departamentos para proporcionar herramientas de abordaje e investigación en los distintos ámbitos que implica.