Con las vacaciones de Navidad ya en el recuerdo, son muchos los que estudian su calendario laboral para poder marcar en él un nuevo periodo de descanso. Y, mientras eso se produce, hay un sinfín de lugares en España que son ideales para hacer, aunque sea, una escapada de fin de semana. Para los más aventureros, hay un pueblo en plena sierra de Madrid que deben visitar si quieren disfrutar de unos días de desconexión, naturaleza y buena gastronomía. Además, es un entorno repleto de atractivos naturales y culturales.
Huir de la rutina, del bullicio de la ciudad y del estrés que provoca el trabajo o el estudio es siempre una buena idea. Además, en ocasiones, no es necesario recorrer demasiados kilómetros para ello: basta con hacer una breve escapada para sumergirse en la magia de uno de los muchos pueblos de cuento que hay en España.
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Aunque todas las autonomías esconden lugares increíbles, en el caso de la Comunidad de Madrid, hay uno que merece la pena visitar y que es desconocido para un buen número de personas: Bustarviejo. Este precioso pueblo se sitúa en la Sierra Norte, a los pies de la sierra de Guadarrama, y apenas cuenta con 2.700 habitantes, por lo que es perfecto para pasar unos días rodeado de calma y naturaleza.
Un precioso pueblo escondido entre montañas
Bustarviejo es, sin duda, uno de los destinos con mayor atractivo natural de la región, puesto que ofrece multitud de actividades al aire libre. Y es que está rodeado de montañas como las Cuerdas de las Cabezas y el Macizo del Pendón, un enclave que se sitúa en un valle que proporciona a los visitantes un impresionante paisaje de sierra.
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La riqueza hidrográfica de Bustarviejo es una de sus principales señas de identidad, al contar con varios manantiales que dan lugar a fuentes como la Fuente del Collado, la Fuente del Berro y la Fuente del Brezal. Esto, junto con los arroyos que discurren por el término municipal, crean un escenario ideal para el senderismo. Asimismo, el municipio tiene hasta cinco rutas de trekking, adecuadas para diferentes niveles de exigencia y para disfrutar de la riqueza natural de la zona.
Asimismo, este bonito pueblo es un sitio de interés por su oferta de turismo rural y actividades ecológicas, lo que incentiva a los turistas a conectarse con la naturaleza y la tranquilidad que ofrece el entorno. El patrimonio cultural del pueblo complementa la experiencia, con arquitectura tradicional y la posibilidad de descubrir la historia local.
Por último, no hay que olvidar el que es un ingrediente clave que hace de este un sitio idóneo: su gastronomía. Y es que los amantes del buen comer podrán darle un capricho al paladar con los maravillosos productos típicos de la zona. De entre todos ellos, destaca su cerveza artesana.
El municipio que aún conserva la huella franquista
El municipio conserva un importante patrimonio histórico desde la época de la Reconquista. En su territorio, se encuentra el Destacamento Penal de Los Barracones, el único campo de trabajo que queda de la dictadura franquista y que se destinó a prisioneros políticos de la Guerra Civil y opositores del régimen. Creado en 1944, está abierto al público y los turistas pueden visitarlo.
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Pero para conocer los orígenes de Bustarviejo hay que retroceder al siglo XI, aunque no fue hasta el siglo XV cuando cobró mayor relevancia, tras la explotación de minas de plata ordenada por el rey Juan II de Castilla. Esto marcó un punto de inflexión en la importancia del pueblo dentro de la comarca, llegando a ser uno de los más significativos en la época.
Además del legado minero, destacan en el municipio construcciones religiosas como la Ermita de la Purísima Concepción, originaria del siglo XIII, y las ermitas del Santísimo Cristo de la Peña y de Nuestra Señora de la Soledad, ambas imprescindibles en el legado patrimonial y espiritual de la zona.
En el plano arquitectónico, hay que destacar que la Ermita de la Purísima Concepción ha sufrido numerosas reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos, manteniendo su relevancia tanto histórica como arquitectónica. Por su parte, la ermita del Santísimo Cristo de la Peña es un santuario de pequeñas dimensiones pero de gran valor cultural, edificado en 1625. Y la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, del siglo XVII, refuerza el patrimonio histórico-religioso con el que cuenta Bustarviejo.