El turismo ha vuelto a la completa normalidad, para bien y para mal. Los retrasos y cancelaciones se han convertido en el pan de cada día de muchos viajeros, que ven como pasan largas horas en los aeropuertos esperando información sobre sus vuelos. Sin embargo, cuando estas esperas exceden las tres horas, los usuarios pueden poner una reclamación a la aerolínea, que deberá retribuírselo conforme a la legislación. Sin embargo, una nueva sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha señalado qué viajeros no tienen derecho a esta indemnización.
El alto tribunal ha fallado este jueves que no tiene derecho a indemnización por retraso de vuelo de más de tres horas un pasajero que decide no tomar el vuelo, en vista de la demora, o que adquiere otros billetes para otro trayecto y llega con menos de las tres horas de retraso. Así lo ha sentenciado el tribunal con sede en Luxemburgo en respuesta a la pregunta de un órgano de justicia alemán que pregunto si en el supuesto de que se anuncie que un vuelo va a sufrir un retraso de al menos tres horas, un pasajero aéreo tiene derecho a la compensación de 250 euros propia de estos casos, si no se ha presentado a facturación o si ha reservado, por iniciativa propia, un vuelo alternativo que le ha permitido llegar a su destino final con un retraso inferior a tres horas. En este caso, los pasajeros alegaron que no tomaron el vuelo para poder llegar en hora a una cita profesional.
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La justicia europea sostiene que la compensación se realiza ante el perjuicio que “se concreta en una pérdida de tiempo irreversible, igual o superior a tres horas”. Sin embargo, un pasajero que decide no embarcar y “no se ha desplazado al aeropuerto”, “en principio no ha sufrido dicha pérdida de tiempo”.
“La finalidad de este reglamento es compensar los perjuicios que son prácticamente idénticos para todos los pasajeros afectados”, subraya la sentencia del TJUE, que considera que el perjuicio causado por no haber podido asistir a una cita profesional debe considerarse un perjuicio individual, y “solo puede ser objeto de una compensación suplementaria”.
Respecto al otro pasajero que adquirió otros billetes y llegó a destino con menos de tres horas de retraso con respecto al horario del vuelo inicial, el TJUE señala que tampoco ha sufrido una pérdida de tiempo que dé derecho a la compensación. Al cobrarse la compensación por ‘molestias graves’, la sentencia incide en que la iniciativa propia de comprar otros vuelos no puede considerarse como tal.
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La gran mayoría de los viajeros afectados por estas problemáticas no reclaman las compensaciones que por ley les corresponden, lo que hace que las aerolíneas ahorren hasta 600 euros por cada viajero que decide no recurrir. Concretamente, según los últimos datos de la empresa especializada en gestión de reclamaciones de los pasajeros aéreos Reclamio, el 90% de los pasajeros que sufre una incidencia con su vuelo o con su equipaje no pide una compensación a la aerolínea. Esto se debe a varios motivos: al hecho de que las aerolíneas suelen aprovechar el desconocimiento y la falta de información de los pasajeros, a que alegan falsamente que la incidencia se debe a una causa extraordinaria para desviar la culpa y a que imponen trabas en los procesos para cansar a los pasajeros y evitar así su reclamación.