Miguel Bernardeau se ha sincerado como nunca sobre cómo vivió su relación y posterior ruptura con Aitana. El actor, que toma el testigo de Antonio Banderas para protagonizar la nueva versión del clásico Zorro, ha desvelado a los medios algunos detalles hasta ahora desconocidos sobre cómo fue su proceso de recuperación tras la mediática separación de la cantante.
En plena promoción de la serie producida por Secuoya Studios, que llega a TVE tras su estreno en Amazon Prime Video, el joven ha concedido una entrevista a la revista Esquire en la que confiesa lo difícil que fue afrontar la exposición de su vida personal a raíz de su ruptura con la que durante cinco años fue su novia.
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Así, el hijo de Ana Duato relata que, poco después de poner el punto final a la relación, hizo un viaje a las Islas Mauricio y vivió un momento muy especial en el que entendió lo que le estaba pasando. Y es que, según comenta, aquel era “un momento personal en el que estaba escapando” y que recuerda como “muy duro”.
Para huir de aquella mala etapa, el actor decidió poner tierra de por medio y viajar hasta las islas africanas para cumplir uno de sus sueños: ver ballenas y cachalotes en el mar. Y es que una de sus grandes pasiones es practicar deportes acuáticos como la apnea.
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Fue precisamente haciendo esa actividad cuando experimentó una vivencia que le marcó: “Me tiré al agua, me encontré con una ballena y vi que, lejos de querer estar allí, me tenía un miedo increíble. Recuerdo bajar a unos 25 metros de profundidad y nos quedamos la hija de la ballena y yo solos, ella se estaba moviendo. La miré a uno de los ojos, ella me miró y la mirada era de pánico. Salí del agua llorando”, narra al citado medio.
“Ahí aprendes, y ya sé que esto se ha dicho mucho, que eres menos importante de lo que crees”, reconoce el intérprete, que desvela que estuvo “llorando a moco tendido” durante todo el camino de vuelta en coche, un trayecto que duró aproximadamente una hora.
Bernardeau no oculta que aquel “era un momento emocional en el que estaba muy sensible” en el que se le “juntó todo”. “Entendí que no estoy aquí ni por la ballena ni por nada de esto, estoy aquí por otra cosa. No he venido para entrar, he venido para salir”, reflexiona.
Pese a que no es dado a dar detalles sobre su vida privada, el protagonista de Zorro no duda en afirmar que en aquel momento se estaba “reencontrando después de una ruptura, una ruptura muy pública”. Y es que la faceta pública de su relación con Aitana fue lo que peor llevó: “Hubo algo de cansarme mucho del tipo de exposición que estaba recibiendo. Porque yo nunca he sido una persona de exponer mi vida y, sin embargo, sí que se ha expuesto sin mi permiso ni mi consentimiento. No lo elegí. Creo que eso es lo que me hizo bajar a los infiernos”, zanja.