El próximo 14 de febrero es el inicio de una nueva era en la experiencia televisiva de los españoles. El día de los enamorados marcará un divorcio histórico y sin vuelta atrás. La televisión firmará su divorcio con el SD para embarcarse en una relación con el HD. Se oficializará el conocido como ‘apagón’, uno más.
Los canales que no estén disponibles en su versión de alta definición (HD) dejarán de figurar en las parrillas de programación de los televisores. El fin de las transmisiones en SD no es solo un paso adelante en la calidad visual de los contenidos televisivos, sino que también abre la puerta a la liberación de espacio en el espectro de banda ancha, lo que impulsará la expansión y el mejoramiento de tecnologías emergentes como la resolución 4K y las redes de telecomunicaciones 5G.
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Este cambio significativo en la industria de la televisión no implica necesariamente que los consumidores deban hacer frente al gasto que supone la compra de un nuevo televisor HD. Una solución económica y eficaz frente a esta transición tecnológica es la compra de un decodificador. Es decir, comprar un dispositivo que permita convertir las emisiones en HD para que sean visibles en televisores que no poseen esta funcionalidad.
Sin embargo, la elección de un decodificador adecuado puede generar dudas entre los consumidores. Existen múltiples opciones en el mercado, y la decisión dependerá de una serie de factores, incluyendo la compatibilidad con el televisor actual, las necesidades específicas del usuario y el presupuesto disponible.
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Es crucial que los interesados se informen adecuadamente sobre las especificaciones y características de estos dispositivos, para asegurarse de que la transición a la alta definición sea no solo compatible con sus equipos actuales, sino también acorde a sus expectativas.
¿Qué aparato necesito para seguir viendo la TV?
Con la transición tecnológica en el horizonte, resulta imprescindible comprender que el cese de las emisiones de la Televisión Digital Terrestre (TDT) tal y como la conocemos hoy, impactará a todos los usuarios por igual, tanto a aquellos que reciben la señal a través de antena como los que lo hacen mediante satélite. Para aquellos cuyo televisor tiene varios años y no cuenta con capacidad para procesar canales de alta definición (HD), la solución más económica se traduce en la adquisición de un sintonizador.
La compra de estos dispositivos no requiere una inversión significativa; con precios que pueden oscilar alrededor de los 20 euros, se posicionan como la alternativa idónea para actualizar televisores antiguos sin necesidad de sustituirlos. Los puntos de venta, que van desde tiendas de electrónica hasta plataformas de venta online. Ofrecen diversas opciones de sintonizadores HD que se ajustan a las necesidades de los consumidores. Las especificaciones clave que deben buscar los usuarios en estos equipos son la compatibilidad con el estándar de recepción DVB-T (‘Digital Video Broadcasting-Terrestrial’) y la capacidad de manejar flujos MPEG-4, el formato de compresión de video utilizado para los archivos MP4.
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Una vez que se tiene el sintonizador HD en manos, el proceso de instalación es sencillo: el dispositivo debe conectarse al televisor y, acto seguido, se procede a configurar la lista de canales. Esto se efectúa mediante una búsqueda automática que identifica y almacena las señales disponibles en alta definición. Esta sencilla actualización permite a los espectadores continuar disfrutando de la programación televisiva sin interrupciones y con una calidad de imagen mejorada, ajustándose así a los requerimientos técnicos del panorama audiovisual actual.