El próximo 14 de febrero marcará un importante cambio en el sistema de Televisión Digital Terrestre (TDT) que afectará principalmente a los receptores más antiguos. Todos los canales, incluyendo los locales y autonómicos, estarán obligados a transmitir en alta definición, es decir, en HD. Esto no debería representar un problema para los receptores modernos con menos de diez años de antigüedad, pero sí para aquellos más antiguos que no estén preparados para recibir señales en alta definición.
Esta transición hacia canales de alta resolución se produce como paso natural para lograr una mayor experiencia del usuario. En los últimos meses, se ha llevado a cabo un proceso de transición hacia la alta definición, y en 2023 se estableció la fecha límite para que todos los canales migren a este formato.
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Este cambio implica una mejora significativa en la calidad de imagen de los contenidos televisivos, lo que beneficiará a los espectadores que posean equipos compatibles con la alta definición. Para aquellos con receptores más antiguos, será necesario considerar la actualización de sus dispositivos o la compra de nuevos equipos que sean compatibles con la emisión en HD.
El impacto en la ciudadanía de este cambio en el sistema de Televisión Digital Terrestre se notará principalmente por aquellas personas que posean televisores relativamente antiguos, con una década o más de antigüedad, y que no cuenten con la tecnología HD incorporada. Para este grupo de espectadores, dejarán de poder ver los canales a partir del próximo 14 de febrero, cuando todos los canales se emitan exclusivamente en alta definición.
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Por otro lado, los ciudadanos que dispongan de televisores modernos no sufrirán ningún problema, ya que estos dispositivos suelen venir equipados con sistemas HD, Full HD y otras opciones de alta resolución, lo que les permitirá seguir disfrutando de la televisión como hasta ahora.
Las televisiones afectadas
Para aquellos afectados por el cambio en el sistema de Televisión Digital Terrestre (TDT), que tengan televisores más antiguos y no estén equipados con tecnología HD, existen opciones para adaptarse a esta transición. Una de ellas es la adquisición de nuevos receptores o decodificadores que permiten seguir recibiendo la señal en alta definición, y esto puede hacerse a un coste relativamente asequible, alrededor de 20 euros.
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Además, es importante destacar que el precio de los televisores ha experimentado una bajada de precios significativa en los últimos meses. En el mercado, ya se pueden encontrar pantallas de última generación con tamaños diversos por un rango de precios que va desde los 200 hasta los 500 euros. Esto brinda a los consumidores opciones accesibles para actualizar sus dispositivos y disfrutar de una experiencia de visualización de alta calidad.
En última instancia, la transición a la tecnología HD en la TDT implica un cambio en la infraestructura de transmisión televisiva que busca mejorar la calidad de imagen y la experiencia del espectador. Los espectadores tienen la opción de elegir entre reciclar sus equipos más antiguos, adquirir decodificadores económicos o invertir en televisores de última generación, dependiendo de sus necesidades y presupuesto.