Ernest Urtasun se estrenó este lunes al frente de la Comisión de Cultura en el Congreso de los Diputados. El ministro acaparó los titulares con su iniciativa para llevar a cabo una revisión de las colecciones de Museos Estatales para “superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones”, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”. También por discutir con Vox a cuenta de la censura, con el ejemplo reciente de la concentración frente al Teatro de la Abadía por la representación de la obra Altsasu. “Me van a tener enfrente. Defender la cultura española en estos momentos es defenderla de ustedes”, pronunció el ministro, que dijo todavía más, para defender a la actriz Itziar Ituño, estos días en el centro de la polémica por significarse.
La conocida intérprete, rostro de La casa de papel, protagonista de Loreak, encabezó una manifestación por las calles de Bilbao junto a otras 20.000 personas que pedía fundamentalmente que a los presos de ETA se les aplique una política penitenciaria ordinaria. Marcharon también, además de distintas organizaciones, dirigentes de EH Bildu, Podemos, Junts, ERC, CUP y BNG. Las manos de Ituño eran unas más de las que sostenían la pancarta, en la que se leía Konponbiderako Giltzak (Llaves para la resolución). Su presencia, las fotografías, han tenido consecuencias. Se desconoce el efecto a medio y largo plazo. En el corto, canceló un acto organizado por el Gobierno vasco en el Museo Guggenheim en el que participaba y al menos dos grandes compañías han roto sus contratos con ella: BMW e Iberia.
Numerosos compañeros se han volcado, como Luis Tosar, Antonio de la Torre, Alba Flores, Albert Plá, Daniel Guzmán o, de mayor relieve, el Festival de San Sebastián, que ha expresado su solidaridad con cualquier intérprete que sufra “boicot por sus ideas”.
“Una campaña feroz”
Este lunes, el ministro de Cultura, es decir el Gobierno, se sumó a ellos. Urtasun considera que “no es de recibo” lo que se está haciendo a Ituño. Respondía a una pregunta de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que planteó así: “Es de una gravedad excepcional. Le ha caído una campaña feroz, antidemocrática e inadmisible por participar en una manifestación. (...) El Ministerio también debería darnos su opinión porque en este caso no solo ha sido acoso, ha sido una presión inimaginable y una cancelación de contratos sí, de empresas privadas, pero fundamentadas en unos postulados que atentan contra el derecho de Itziar Ituño a pensar libremente”.
Y Urtasun respondió con claridad: “Quiero trasladarle todo mi apoyo y quiero decirlo como ministro de Cultura. Eran patrocinios privados, es verdad, no eran patrocinios públicos, pero creo que nadie debe ser penalizado por sus ideas y, por lo tanto quiero también solidarizarme porque creo que no es de recibo lo que está viviendo”.
Pero, como se ha mencionado al comienzo, y además de Urtasun, el protagonismo de la comisión fue de Vox, al hilo de la censura o la cancelación. El ministro quiso ser contundente, en el momento más duro de una por otro lado muy tranquila comisión: “Han tratado de retirar la subvención al premio Miguel Hernández. No voy a tolerar que ustedes lo boicoteen. No voy a tolerar que boicoteen el Festival Periferias, como han hecho chantajeando al gobierno del PP en Huesca y el PP aceptándolo. (...) No voy a aceptar tampoco que ustedes cancelen y persigan publicaciones infantiles en catalán en Valencia”.
Para Urtasun, el partido de Santiago Abascal “pone en cuestión los cimientos de lo que fue la construcción de la democracia en Europa y del estado del bienestar y de la cultura en Europa después de la derrota del fascismo”. Los diputados de Vox pidieron al ministro que no se refiriera a ellos como “extrema derecha”.