La difícil actuación de Sofía Vergara en ‘Griselda’: “Tuve que tomar cocaína falsa y fingir”

La actriz de origen colombiano se mete en la piel de una narcotraficante en una nueva producción de Netflix en la que habla por primera vez en español y aborda un papel dramático después de una carrera marcada por la comedia

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Sofía Vergara en una imagen de su propio Instagram crédito @sofiavergara/Instagram
Sofía Vergara en una imagen de su propio Instagram crédito @sofiavergara/Instagram

Después de su visita exprés a Madrid, la actriz colombiana ha comenzado la promoción en Estados Unidos de Griselda, la nueva apuesta de Netflix que sigue la estela de Narcos y en la interpreta a Griselda Blanco, una narcotraficante que hizo su imperio de la droga entre los años setenta y ochenta convirtiéndose en una de las fundadoras del Cartel de Medellín, ya que se encargaba de distribuir el material a Norteamérica desde su sede en Miami.

Jefa. Innovadora. Madre. Asesina. Griselda es una mujer con sustancia.(Créditos: Netflix)

Es un papel importante para Sofía Vergara por muchas razones. La primera, porque abandona el registro cómico gracias al que alcanzó la fama dentro de la ‘sitcom’ Modern Family y, la segunda, porque tenía que enfrentarse al reto de abordar un papel dramático siendo además la protagonista absoluta, sobre la que bascula toda la narración.

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Tres horas de maquillaje, aprender a fumar y a consumir droga

Por eso, tuvo que preparar el papel de forma concienzuda. En la rueda de prensa en Madrid, ya contó algunos de los mayores de desafíos a los que tuvo que someterse, como interminables horas de maquillaje para caracterizarse como el personaje, que incluían postizos, dientes falsos y muchas capas y accesorios ‘prostéticos’.

Sofia Vergara durante sus largas horas de caracterización para protagonizar 'Griselda' (Netflix)
Sofia Vergara durante sus largas horas de caracterización para protagonizar 'Griselda' (Netflix)

Sin embargo, había dos cosas que le obsesionaba hacer bien, ya que no las controlaba en absoluto: fumar y drogarse, ya que en la serie tenía que hacerlo con la mayor de las solturas y de manera repetida, en ‘modo experto’. “A mis cincuenta años he tenido que aprender a coger un cigarrillo y a meterme coca”, decía.

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Ahora, en su paso por The Tonight Show, le contó algo parecido al presentador Jimmy Fallon. “El director, Andrés Baiz me tuvo que enseñar todo lo que necesitaba para encarnar a Griselda Blanco. Él me enseñó a fumar, él me enseñó a consumir cocaína, porque yo no sabía nada”.

La actriz colombiana Sofía Vergara junto al productor estadounidense Eric Newman (d) y el director colombiano Andrés Baiz (i) durante la presentación de la serie de Netflix 'Griselda' en Madrid. EFE/ Rodrigo Jiménez
La actriz colombiana Sofía Vergara junto al productor estadounidense Eric Newman (d) y el director colombiano Andrés Baiz (i) durante la presentación de la serie de Netflix 'Griselda' en Madrid. EFE/ Rodrigo Jiménez

Vergara explicó que el director de la serie venía a su casa cuando estaba preparando el papel y que él le decía todas esas cosas que le ayudarían a introducirse en el personaje. “Yo nunca había cogido un cigarro, ni he consumido nunca cocaína, así que fue increíble, una gran experiencia”, bromeaba con su característico sentido del humor. “La cocaína era falsa, claro, no era real, pero tuve que fingir. Los cigarrillos también eran falsos, todo fue falso, pero la actuación sí que es real”.

Griselda es una miniserie que se podrá ver a nivel mundial a partir de 25 de enero en la plataforma de streaming Netflix. En ella se cuenta los inicios de una madre con pasado turbio que escapó de su país con sus hijos y que tuvo que enfrentarse a numerosos problemas para hacerse respetar como mujer dentro del mundo del narcotráfico, al que ya pertenecía junto a su ex pareja, pero que ahora quería llevar por su cuenta a pesar de ser la única figura femenina dentro de un entorno masculino repleto de toxicidad, violencia y juegos de poder. Lo consiguió, y terminó montando un imperio, aunque por el camino, perdería muchas cosas, incluso su propia humanidad.

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