Lleva 30 años de carrera, delante de la cámara y también sobre los escenarios y, aunque ha protagonizado innumerables películas y recabado no pocos menos galardones, encarnar a Cristóbal Balenciaga podría considerarse como el culmen de su trayectoria, quizás porque es el mejor papel que ha interpretado, no solo por la dimensión del personaje, sino por su capacidad para meterse en su piel de una manera profundamente delicada, enigmática y repleta de matices que convierten la serie de Disney Plus+ en una experiencia perturbadora gracias a su interpretación.
Cuando le llegó el guion a Alberto San Juan, se puso manos a la obra para configurar un personaje en un tiempo récord. Hizo una prueba y dos meses más tarde, le llamaron para confirmar que se convertiría en el modisto español que creó escuela en la alta costura parisina.
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“Leí los guiones y me gustaron muchísimo, ya me parecía una fortuna que me cogieran para protagonizar una serie, pero es que, además, el personaje constituía un reto. Había muy poca información que pudiera recabar sobre él, no había documentos en los que se le escuchara hablar, ni imágenes en las que me pudiera fijar para saber cómo se movía, cómo se comportaba, solo un puñado de fotos entre bambalinas, así que fue un trabajo de creación total”, cuenta Alberto San Juan a Infobae España.
Meticulosidad y rigor por el detalle
Reconoce que vio El hilo invisible solo una vez, y que se olvidó de ella porque “no quería tener fantasmas”. Y es que Paul Thomas Anderson se basó para esta película en el modisto, que interpretaría Daniel Day-Lewis, integrando algunas de las manías que sobrevolaban en el imaginario del creador, como su fobia social o su incapacidad para comunicarse con la gente.
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Pero lo que propone este biopic creado por Jose Mari Goenaga, Aitor Arregi y Jon Garaño, responsables entre otras películas de Loreak, Handia o La trinchera infinita, es diferente, ya que se adentran en la figura de Balenciaga abrazando todas sus aristas y componiendo un biografía íntima de extrema elegancia que abarca todas las edades del genio de la moda, desde sus inicios en el ‘atelier’ después de escapar de la posguerra española, hasta sus últimos tiempos después de crear una marca que se encargó de revolucionar la moda tal y como la conocemos.
“Para contar la historia de Balenciaga había que adentrarse en el contexto político, en la posguerra, en la ocupación nazi de Francia. Es algo que no solo enriquece la historia, sino que determina al personaje de manera fundamental”, continúa el actor.
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Ser ‘apolítico’ en tiempos convulsos
A Cristóbal Balenciaga se lo definió como apolítico por su capacidad de pasar por todas esas circunstancias sin que le repercutieran, pero el actor piensa que estaba en su derecho dentro de las circunstancias que le tocó vivir. “Yo entiendo la política como la forma en la que nos organizamos para convivir, ya sea durante en la dictadura o en la democracia. Cómo tratas a la gente que te rodea, cómo organizas tus recursos, es política. Y en ese sentido, un artista tiene todo el derecho a no pronunciarse en público acerca de lo que piensa o no, creo que el compromiso creativo está ligado con su tarea. Así que Balenciaga era una persona radicalmente comprometida, e incluso me atrevería a decir que revolucionaria, porque rompió con un montón de cánones y esquemas establecidos dentro su época. Así que su obra es política, porque la imagina con libertad”, dice contundente el actor.
Dice San Juan que no le preocupa lo más mínimo lo que pensara el modisto sobre el franquismo o el nazismo. Cree que no estaba a favor, aunque fuera una persona conservadora. Para él, lo importante, era su trabajo y era consciente de que no podía subsistir sin las clases sociales más altas, que eran las que tenían el dinero para pagar sus diseños. “Pero que nunca se pronunciara a favor de las dictaduras, también es un acto político”.
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Lo dice una persona que siempre se ha caracterizado por decir lo que piensa, y por eso ha sido muchas veces criticado. “En el caso de Balenciaga, hasta un sombrero era política. En nuestro caso, que cada cuál haga lo que quiera, es una cuestión personal”.
Ese aura de misterio que siempre acompañó a Balenciaga fue uno de los mayores atractivos para el intérprete. En una época, la nuestra, en la que todo se radiografía a través de las redes sociales, en las que hay tanta información sobre todo lo que queramos, eso le genera una enorme simpatía a San Juan, ese afán por preservar el anonimato más allá de la exposición ególatra.