La nueva vida de Ania Iglesias, segunda finalista de ‘Gran Hermano 1′: actriz y profesional de la estética clínica

Pese a que el próximo mes de abril se cumplirán 24 años del estreno de la primera edición de Gran Hermano en España, buena parte de la audiencia sigue teniendo muy presentes a los protagonistas de aquel formato de telerrealidad que llegó para revolucionar la televisión española. Entre las habitantes de Guadalix de la Sierra favoritas para hacerse con la victoria estuvo Ania Iglesias, una joven modelo que finalmente no pudo arrebatarle el premio a Ismael Beiro.

Ania, que entró en la casa con 24 años, nació en Valladolid, aunque por aquel entonces ya residía en Madrid. En su vídeo de presentación mostraba su pasión por la comida sana y el deporte, aunque también confesaba que le gusta cultivar su mente escribiendo poesía en sus ratos libres.

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Ahora, con el doble de edad que cuando saltó a la fama, la segunda clasificada de GH1 no le da la espalda a la televisión. “Me siento un poco mal porque ha empezado ‘GH VIP 8′ y me hubiera gustado participar, ya sea como comentarista o concursante”, afirmaba hace unos meses en una entrevista con Diez Minutos. Además, en esa misma publicación reconocía que no le importaría participar en Supervivientes, pero su alergia al pescado se lo impide.

Pese a que esa nueva oportunidad televisiva se le resiste por el momento, lo cierto es que ha sabido reinventarse profesionalmente para no depender del inestable show business para vivir. Actualmente, Ania trabaja como especialista en estética avanzada en dos clínicas de Madrid, una situada en el distrito de Chamberí y otra en Alcorcón.

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“La vida me llevó por este camino, donde me he formado con destacados profesionales y dentro de la profesión he tenido la suerte de compartir trabajo e investigación con grandes maestros”, relata en su página web, donde asegura que en sus tratamientos combina los métodos tradicionales con la tecnología más vanguardista. “Me apoyo en la riqueza de la cosmetología, de la cual soy una apasionada, y la madre tierra, que tiene tantas soluciones para nuestro organismo”.

Tras su paso por el reality de Telecinco, a Ania se le abrieron las puertas de varios formatos televisivos, pero también tuvo la oportunidad de iniciar una carrera como actriz en algunas obras de teatro e incluso en el cine. Así, tras salir de Guadalix participó en la película El gran marciano, en la que también estuvieron sus 13 compañeros de programa.

Posteriormente, interpretó a Ofelia en el clásico Hamlet en el Teatro Bellas Artes de Madrid. En 2018, protagonizó la obra Reciclando a un famoso junto a otro ganador de Gran Hermano, Pepe Herrero. Con él volvería a coincidir sobre las tablas el pasado mes de septiembre en Divorcio a la española.

En los últimos meses, la ex gran hermana ha sufrido dos duros golpes personales. El pasado mes de octubre, su madre ingresaba de urgencia en el Hospital Universitario Río Hortega con pronóstico grave y, aunque no ha dado más detalles de su dolencia, permaneció en la planta de cardiología y medicina interna durante dos meses hasta que, la pasada Nochevieja, recibía el alta médica. “Las últimas horas de este 2023 recordando lo importante de la vida. Por suerte, mamá ha respondido bien al tratamiento y nos vamos a casita. Si no llego, comeros las uvas deseándome un poquito de suerte cada uno para este 2024″, escribió en su perfil de Instagram.

Al delicado momento de salud de su madre se sumó descubrir que su pareja, con el que tenía previsto pasar por el altar, le estaba siendo infiel con una vecina. “Esto me ha pasado por imbécil, porque no ha sido la única vez. Después he empezado a tirar del hilo y han salido otras muchas. Yo creo que he pecado de confiada, pero me he sentido muy tonta cuando me he enterado de todo el pastel”, relató a Diez Minutos. Afortunadamente, ya ha superado ese bache emocional y ahora está centrada en ella misma, a pesar de que los pretendientes le vienen “por tierra, mar y aire”.