Xavi termina de coger aire y el Barcelona sigue montado en su último tren liguero. Los dos intangibles convergen en un denominador común: Ferran Torres. Cada partido se ha convertido en una final para los azulgranas, especialmente los dos últimos ante Unionistas y Betis en los que se jugaba el futuro de dos competiciones. Ambos le cortaron la respiración al aficionado culé, en Copa al iniciar a remolque y en Liga tras perder una ventaja de dos goles en tres minutos. Sin embargo, Ferran emergió tanto en Salamanca como en Sevilla para rescatar a su equipo cuando más dura era la encrucijada.
Su hat-trick -primero en diez años que marca un futbolista español con el Barça- le permitió celebrar con una sonrisa su partido número cien con el Barcelona y echó por tierra el 12º MVP de Isco, líder de la reacción verdiblanca con un doblete. “Le doy mucho valor a lo que hace Ferran. Ha girado la tortilla él solo. Es muy fuerte mentalmente. Me dijo que quería triunfar en el Barcelona y lo está consiguiendo. Me alegro muchísimo por él”. El optimismo de Xavi es tan contundente que decidió en su visita al campo del Betis, que hasta la fecha no había perdido ni un perdido como local, apostar por dos chavales de 16 años como Lamine Lamal y Pau Cubarsí como titulares. Nadie diría que el central debutaba en Liga.
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Debut ilusionante
Sus decisiones eran claras y fáciles y jamás dio la sensación de que el partido le viniera grande. Fue un jefe en la defensa. Todo eso ante un partido clave, especialmente después del triunfo del Madrid ante el Almería, logrado de manera agónica por VAR, tierra y aire. En Sevilla, tanto Betis como Barcelona comenzaron con el freno de mano echado. Una derrota mantenía al Betis fuera de Europa y al Barcelona le alejaba de Real Madrid y Girona en la lucha por LaLiga. Sus exigencias, lejos de convertirse en estímulo, fueron una infusión relajadora tomada por ambos equipos.
Lamine fue el único que no se la bebió. Estuvo inspiradísimo en el uno contra uno y se benefició para encarar de la buena circulación y lo bien que recibían Pedri y Ferran a la espalda de los pivotes béticos. En una de esas, De Jong dejó al canario ante Rui Silva pero la vaselina se fue alta. A la siguiente, Pedri prefirió tocar y asistir a su buen amigo Ferran Torres, que solo tuvo que empujar. Eran los mejores minutos del Barça, que encontraba mil caminos hacia la portería, casi siempre mediante Lamine Yamal. El poste frustró el 0-2 del canterano tras recortar a Sokratis y Cardoso y después el árbitro anuló un gol de Lewandowski tras una pared con Ferran Torres.
Yamal desequilibra y Ferran remata
El Barcelona había merecido desequilibrar el partido en esa recta final y lo logró en el arranque de la segunda para dejar sin efecto la modificación de Pellegrini, que recurrió a Fekir y Borja Iglesias. Volvió a ser Lamine Yamal el que destrozó a la defensa verdiblanca por la banda derecha. Esta vez ganó la línea de fondo con una bicicleta para superar a Abner y su centro-chut se fue a la madera de nuevo. El rebote le volvió a caer a Ferran Torres que, oportunista, la mandó a la red de primeras. Sin embargo, hay vicios que no cambian y la fragilidad defensiva del Barça es uno de ellos.
Isco se benefició de ellos con un doblete en tres minutos. Primero culminó una gran jugada y más tarde le elevó al balón a Iñaki Peña. Su reacción le valió para conseguir su 12º MVP liguero. Xavi tomó cartas en el asunto dando entrada a un Joao Félix que este domingo sí estaba por la labor de jugar. Desenredó en el tramo final un trabado que cerró quien lo abrió: Ferran Torres. El Barcelona sigue con pulso y Xavi con respiración.