El director de la película argentina más terrorífica del año: “Milei es un personaje de Pixar para niños”

Se ha convertido en un auténtico fenómeno en su país de origen, Argentina y es una de las películas más malsanas y terroríficas de la temporada, que además ganó el principal galardón en el pasado Festival de Sitges.

Está dirigida por Demian Rugna, que llevaba años sumergiéndose dentro del género en su vertiente más extrema, pero que ha alcanzado el reconocimiento internacional gracias a esta película mórbida que nos adentra en las raíces del mal a través de una mitología propia.

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Cuando el mal acecha nos adentra en una comunidad rural en la que se una familia esconde un secreto: uno de sus miembros es un ‘embichado’, un ser que ha sido poseído por una entidad maligna y que propaga su semilla en todos aquellos con los que tienen algún contacto con él.

Dos hermanos descubrirán este secreto y, sin ser conscientes de ello, extenderán su enfermedad de forma que los adultos se suicidarán, mientras que los niños se encargarán de perpetuar la malignidad para componer una pesadilla demoníaca de la que nadie podrá escapar y que conlleva la locura, la violencia y la muerte.

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Muchos podrían pensar que se trata de una leyenda local sacada del folclore de la zona, pero lo cierto es que se trata de una creación totalmente original del director, por eso impacta tanto su iconografía, que se sitúa a la altura de los grandes clásicos del cine de terror.

La idea parte de la crisis de los pesticidas en América Latina, que ha dado lugar a ficciones como Distancia de rescate, de Samantha Schweblin, en la que también se aborda el ecologismo con el elemento sobrenatural, como también ocurre en Cadáver exquisito o Las indignas, de Agustina Bazterrica. “Es un problema que vivimos acá, donde hay mucho campo, mucha cosecha y se utilizan elementos químicos que están prohibidos en todo el mundo y que acarrean dolencias mortales a la población más pobre del país, a los trabajadores de las tierras”, cuenta Demian Rugna a Infobae España. “Quería ser un reflejo de lo que ocurre con esa clase baja que son expuestos a la fumigación sin que a nadie les importe y mueran por envenenamiento quedando totalmente invisibilizados y marginados por la sociedad”.

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Este mensaje crítico y reivindicativo ha estado presente en el director durante la campaña de Milei a la presidencia de Argentina, haciendo referencia al candidato como ‘el embichado’. ¿Podríamos considerarlo como el personaje de una película de terror? “Yo creo que Milei, más que el protagonista de una película de terror, sería el personaje de una cinta de Pixar, que es más para niños”, dice el director que asegura que, por el momento, no volverá a trabajar en Argentina.

“Yo quiero trabajar desde la independencia y aquí va a ser muy difícil. No quiero que destruyan ni mis ideas ni mi obra”, dice contundente. Añade que ya hubo un éxodo de directores y actores argentinos en la época del ‘corralito’ en los años noventa, como Federico Luppi, Héctor Alterio o Ricardo Darín.

“Si se desmantela el Instituto de Cine la mirada del autor desaparecerá. La idea para el nuevo gobierno es hacer cine solamente con las grandes corporaciones, con las plataformas, en las que son ellas las que rigen los contenidos erigiéndose como un monopolio contra el que será imposible competir. No habrá preservación de la cultura y la identidad propia, solo liberalismo”.

Demian Rugna está muy satisfecho con el recorrido de una película tan pequeña, pero en la que late la libertad creativa y en la que no se puso ningún tipo de límite a la hora de plasmar la atrocidad en estado puro. “Después de tanto palos en la industria del cine, encontrar tanto público que ha valorado la película ha sido un milagro para mí”, cuenta. “Es el mayor premio”.

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Reconoce que parte del éxito parte de la singularidad de la propuesta. En un momento en el que estamos acostumbrados a los continuos ‘remakes’ de franquicias, una obra que tiene una personalidad propia parece un milagro. Además, cree que ha conectado con las nuevas generaciones porque, al fin y al cabo, se trata de la lucha de un hombre por escapar de sus propios demonios. “Yo siempre digo que no es una película comercial. No tiene actores famosos y tiene un componente muy brutal, no es algo masticado que hayamos visto mil veces que no procede de un estudio ni de una productora grande y hemos llegado al millón de espectadores en Argentina, por encima de La monja 2, que no le gustó a nadie”.

Demian Rugna reconoce algunas influencias, como el cine de los ochenta, Peter Jackson, Guillermo del Toro, John Carpenter, Sam Raimi o Quentin Tarantino, pero no imita a ninguno de ellos y, por eso, Cuando acecha la maldad, es una obra tan original como subversiva, con una identidad auroral que rompe cualquier tipo de molde, fresca, diferente y repleta de ideas.