Se preveía como el gran reto político de 2024 y sin terminar enero ya se han puesto en marcha planes de contingencia. La sequía por falta de lluvias y gestión del agua obligan a que los gobiernos de Andalucía y Cataluña, junto al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), prevean un verano seco a juzgar el actual nivel de los embalses de estas regiones.
Barcelona, Girona, Málaga, Almería, Córdoba y Sevilla son algunas de las zonas de España donde se han diseñado planes para combatir la falta de agua. Por el momento, no se barajan cortes de “agua de boca”, como se denomina a las reservas hídricas destinadas a los hogares, pero sí van a ser necesarios muchas restricciones al uso.
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Hace un año se aprobaron nuevos planes hidrológicos incorporando los nuevos escenarios climáticos y la ministra Teresa Ribera aprovechó esta semana para remarcar el cuidado a las grandes cuencas hidrográficas (las del Ebro, el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir) “para garantizar que haya agua no solo mañana, sino pasado mañana”.
Como ya anunciara el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el 29 de enero se aprobará el cuarto decreto de sequía, con 200 millones de euros, ante la situación de emergencia y “extrema gravedad” de la comunidad. El nuevo decreto incluirá 50 millones en ayudas para el sector agroalimentario e irá en “auxilio” de los ayuntamientos, especialmente de cuyos municipios ya tienen problemas. Desde diciembre, los puertos de Málaga se habilitan para recibir barcos cargados de agua.
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Para revertir la situación de sequía se necesita un imposible, que llueva treinta días seguidos en Andalucía. El escenario no parece realista, así que los andaluces tendrán restricciones en zonas litorales y grandes ciudades como Sevilla, Málaga o Córdoba. Este verano se bloquearon los grifos por las noches en varios pueblos de Málaga, regados por el estanque de La Viñuela, en la comarca de Axarquía, territorio especialmente seco. Muchas playas tenían las duchas cerradas, medidas que se ampliaron durante el resto de 2023.
Mientras, la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas (Emasesa) de Sevilla trabaja en una reducción de la presión del agua en horas nocturnas a partir de la Semana Santa. El propio alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, lo ha hecho público.
Las fases de Cataluña contra la sequía
En la otra punta del país, la Generalitat de Cataluña ha dado luz verde a incrementar de 90 a 200 millones de euros las ayudas destinadas al mundo local para hacer frente a la sequía, con inversiones enfocadas a un uso más responsable del agua y a evitar gastos innecesarios. En un comunicado, el Ejecutivo catalán ha detallado que la mayor partida, de 120 millones de euros, irá destinada a reparar fugas de agua en redes municipales, a través de una subvención gestionada por la Agencia Catalana del Agua (ACA).
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La Generalitat se está preparando para declarar la emergencia por sequía y ya se ha reunido con los gimnasios y clubes federados para comentar las próximas restricciones. El relleno de piscinas en hoteles y campings también quedará restringido con la entrada en vigor de la fase de emergencia por sequía, prevista para finales de enero o principios de febrero en el área metropolitana de Barcelona. Queda prohibida la limpieza de vehículos, salvo cuando se realice en establecimientos comerciales que cuenten con sistemas de recirculación del agua.
Cuando las reservas de la cuenca interna desciendan hasta el 16%, cifra que parece inevitable, el gobierno decretará el estado de emergencia en el sistema Ter Llobregat, que abastece 202 municipios del área metropolitana de Barcelona y parte de Girona. En el primer estadio de la fase de emergencia, las dotaciones de agua se reducen a 200 litros por día y habitante para todos los usos (comercial, industrial, lúdico o personal), y en los estadios dos y tres descienden a 180 y 160 litros, respectivamente, al tiempo que incrementan otras restricciones.
La Generalitat plantea además límites al riego de campos de césped y rellenado de piscinas para el deporte federado, si bien abrió la posibilidad de que los clubes que quieran mantener estas actuaciones pudieran compensarlo cerrando las duchas. Para las fases 2 y 3 de la emergencia, previstas para los próximos meses, si la situación continúa empeorando, las restricciones a los clubes se endurecerían, así como en todas las otras actividades, pues la dotación de agua iría bajando, hasta los 160 litros por habitante y día.