Mario Vaquerizo: “Cuando no entretienes, la gente cambia de canal”

Mario Vaquerizo es una de las grandes sorpresas de El Desafío y es que, con su participación en la cuarta temporada del programa de Antena 3, quiere mostrar su lado más aventurero e intrépido. No será algo fácil, pues el concurso pondrá a prueba sus límites tanto mentales como físicos poniéndole en situaciones que jamás se había imaginado.

A todo esto hay que sumarle la gran expectación que él mismo genera, pues si destaca por algo es por no tener ningún tipo de filtros “ni para lo bueno ni para lo malo” y, por supuesto, así lo demostrará durante los programas. Sobre esta experiencia ha hablado con Infobae España, confesando que gracias a los concursos ha descubierto una faceta suya que no conocía.

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Mario, eres un rostro conocido desde hace años, pero aquí, en El Desafío, ¿se va a poder ver una faceta tuya diferente?

Yo soy consciente de que soy conocido, me gustó mucho la experiencia y he vuelto. Yo creo que se va a ver lo que siempre se ve de Mario porque yo soy transparente, no tengo filtros ni para lo bueno ni para lo malo. Sí es cierto que me encanta hacer concursos porque descubrieron algo de lo que no era consciente, que soy muy competitivo y que me tomo la vida mucho más en serio de lo que soy consciente.

Siempre digo que me río de mí mismo, qué es verdad, pero también soy muy germánico, que soy profesional, porque hasta para ser concursante tienes que ser profesional. Es como para ser marido o para ser padre, tienes que ser profesional y me gusta. Y después, en el caso de El Desafío, era feliz. Cada semana me dedicaba a hacer lo que consistía la prueba y yo jamás hubiera pensado, por ejemplo, que iba a conducir una grúa. ¡Ya ves tú!

¿Qué ha sido más complicado para ti, la parte física o la mental?

La parte física no ha sido difícil para mí porque yo estoy en muy buena forma física. Hago gimnasia todos los días y la parte mental, aunque no lo creáis, también la tengo bastante controlada. No todo tiene que ser blanco y negro, creo que está el gris perla, que es un color que sienta muy bien y es la justa medida. Como decía Aristóteles, ‘no hay que ser ni un loco ni hay que ser un intenso’. Y yo tengo esa suerte de que voy de ahí a allí, pero siempre acabo quedándome en la justa medida, que es lo más.

Te hemos visto en la preview con Olvido, Alaska, en una de las pruebas. ¿Cómo fue?

Eso fue un desafío. Porque con Alaska y yo el desafío no es estar casado, no es discutir, no es besarte. El desafío es trabajar juntos. Y es cierto que trabajo con Alaska porque soy su mánager, pero en este caso hemos trabajado de tú a tú y cada uno tiene una forma de afrontar el trabajo muy diferente. Si yo soy Germánico, Olvido es la reina de Alemania, ríete tú de Merkel. Hicimos un número estupendo, fue un traje a medida.

Además, tienes unos compañeros muy a la altura. ¿Cuál de ellos te ha sorprendido más?

Mis compañeros me han gustado todos. Es que parece peloteo, pero cada uno tiene una cosa bonita. A Chenoa la conocía porque he trabajado con ella y demás, pero para mí Mónica, que me la como, y Pablito es majísimo, Marta también, Adrián... Todos son majos porque hemos tenido suerte de coincidir con gente que nos llevábamos bien porque si no, eso sí que es un coñazo también. Pero Mónica para mí... Me ha ganado porque es muy Vaquerizo. Mónica es una persona muy normal, muy sencilla, es muy humilde y a la vez es muy profesional. ¡Es una muñequita!

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¿Y con el jurado qué tal?

El jurado está muy bien. Pilar Rubio, Santiago Segura, Juan del Val... Los pobres también aquí lo tienen muy jodido, es que no estás puntuando nada en la misma prueba a los ocho concursantes, estás puntuando a ocho concursantes con distintas pruebas y según lo que les llegue, más o menos... No te tienen manía ni nada. Yo con los jurados me llevo muy bien siempre, porque además creo en su soberanía si considera que no lo has hecho bien, para eso está. El reconocimiento empieza en ti mismo y después, si te lo reconocen los demás mejor, pero si no, no pasa nada.

¿No te daban ganas de invitarles a que hicieran ellos la prueba?

No. Los jurados son jurados, cómo le voy a decir yo... Creo mucho en el respeto y en la educación y me enseñaron a que la opinión, si la pides, tendrás que aceptar lo que te den. Si yo no quiero concursar, tal, pero en el momento que me someto a la valoración de un jurado pues tendré que admitir la valoración que me dé.

¿A quién te gustaría recomendar que se presentara a la siguiente edición?

A mucha gente y a ninguna. Es decir, a todo mundo le recomendaría que viniera. Hay gente y amigos que no se lo diría porque implica una dedicación y muchos amigos míos, aunque los quiera con locura, no van a querer pasar por eso y lo van a pasar mal. No te voy a decir los nombres. Recomendaría que viniera a la gente, que es como Mario, es decir, gente sin prejuicios, sin dogmas, que viene a pasarlo bien, a trabajar, a disfrutar y sobre todo a entretener. Porque la televisión es entretenimiento y cuando no entretienes, la gente cambia de canal.