La pensión de jubilación representa el sustento económico de los más de nueve millones de personas que la cobran en España. Aquellos que han cotizado a la Seguridad Social el tiempo suficiente pueden recibir la prestación contributiva y, quienes no lo han hecho, pueden optar a la no contributiva, siempre y cuando cumplan ciertos requisitos. Sus beneficiarios deben tener en cuenta que esto es un derecho, pero no uno perpetuo. Esto significa que el organismo dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, liderado por Elma Saiz, puede retirarla en determinados casos.
El 2024 ha venido acompañado de dos cambios de vital importancia para las personas jubiladas: el aumento del 3,8% de las pensiones contributivas y del 6,9% de las no contributivas. De esta forma, aquellos que reciben el primer tipo de prestación pueden optar a una cuantía que oscila según el tiempo cotizado: va desde los 783,1 euros al mes en 14 pagas de la mínima, a los 3.059 euros al mes de la máxima. Y estos no han sido las únicas novedades: la edad legal de jubilación se incrementa dos meses, hasta los 66 años y seis meses.
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Tal y como está previsto, la edad ordinaria de jubilación y el número de años que se deben cotizar para que sea posible percibir el 100% de la pensión irán aumentando de forma paulatina hasta alcanzar los 67 años en 2027. Pero esto será solo para quienes han trabajado menos de 38 años y seis meses ya que, para quienes lo hayan hecho más, la edad baja hasta los 65 años.
Los cuatro motivos por los que puedes perder la pensión no contributiva
La Seguridad Social tiene derecho a retirar el cobro de la pensión no contributiva a sus beneficiarios, que son aquellos que no han cotizado, al menos, 15 años, y no pueden recibir la cuantía contributiva mínima. Estos son las cuatro posibles razones:
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- Superar el límite de ingresos máximos permitidos. Esta prestación se dirige a las personas que no tienen recursos suficientes cuando se jubilan. Por ello, es imprescindible que sus ingresos no superen los 7.250,60 euros durante todo el ejercicio económico. No obstante, este nivel se modifica si se convive con alguien, por lo que se suma el dinero del resto de miembros de la unidad de convivencia.
- No declarar los ingresos de la unidad familiar. Estos han de declararse en los tres primeros meses del año para que el Imserso disponga de información actualizada sobre el dinero que posee el hogar.
- No informar de los cambios en la situación personal. Esto incluye el estado civil, los componentes de la unidad de convivencia o el lugar de residencia.
- Cambiar de oficio o trabajo y no informar. Por este motivo se puede perder la pensión no contributiva si el cambio influye en los mínimos requeridos para poder recibir la ayuda.
Por qué la Seguridad Social te puede quitar la pensión contributiva
Como sucede con la no contributiva, la Seguridad Social también puede decidir quitar la pensión contributiva por alguno de estos tres motivos:
- Cobrar más de dos pensiones al mismo tiempo. La legislación española no permite recibir más de dos pensiones de un mismo régimen. Si esto sucede, el beneficiario tiene que escoger entre una u otra. Aunque hay una excepción: la pensión de viudedad, que es compatible con el resto de prestaciones del régimen general.
- Fecha de prescripción. La pensión es un derecho irrenunciable, pero prescribe al cabo de cinco años. No obstante, esto no afecta a las pensiones de jubilación, viudedad, orfandad y en favor de familiares.
- Pueden caducar. Esto solo afecta a las prestaciones a tanto alzado que se conceden una sola vez a los que han decidido retrasar la edad de jubilación. Si el momento de retirarse se posterga más allá de los 65 años, aumenta el dinero que se cobra al mes.
Además, hay que tener en cuenta que la Seguridad Social también puede suspender el cobro. Por ejemplo, esto ocurre cuando se percibe la pensión y se trabaja a la vez, sin avisar o reunir los requisitos para hacerlo.