En el Hospital Universitario La Paz conviven las dos caras de la sanidad pública. Por un lado, la excelencia investigadora, en muchos casos pionera mundial, y la referencia sanitaria de una ciudad entera; al otro, la precariedad, plantillas recortadas y sobrecargadas de trabajo y una perpetua infrafinanciación. Mientras el Gobierno de la Comunidad de Madrid aspira a una reforma total del centro para actualizar sus desfases estructurales, la presidenta Isabel Díaz Ayuso es, para los sanitarios, la causante del malestar de la sanidad madrileña, que en 2024 será la que menos euros por paciente invierta de España.
“Es una pena que siempre seamos noticia por lo mismo”, dice un jefe de sección del hospital a Infobae. En verano, la política de no cubrir las vacantes provocó que más de 11.000 biopsias quedaran aparcadas en los laboratorios del centro, pendientes de resultado con demoras de más de un mes. En invierno, la falta de personal durante los brotes de gripe siempre colapsa las urgencias y la falta de camas lleva a retrasar cirugías. Incluso los propios trabajadores han acudido a los juzgados de guardia a denunciar la sobrecarga de trabajo, agudizada estos días por la renuncia al completo de todo el equipo de Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
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Pero entre los casi 7.000 trabajadores también hay espacio para la innovación. Entre otros hitos, el Hospital La Paz es el único del mundo que ha sido capaz de llevar a cabo trasplantes de intestinos entre menores, todo mediante la donación en asistolia, que tras varios años de investigación fueron capaces de probar en este órgano, tan delicado y complicado de extraer. Por ejemplo, también ha incorporado ya la Inteligencia Artificial para el diagnóstico de tumores en el sistema nervioso central.
La UCI pediátrica, totalmente cerrada
Sin embargo, esos mismos espacios que son referencia se ven intervenidos por conflictos laborales. La Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) está cerrada sin fecha de reapertura. El jefe de la unidad desde 2013, el doctor Pedro de la Oliva, fue cesado después de varias denuncias por acoso laboral que fueron desestimadas por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 24 de Madrid. El sanitario se reincorporó y el equipo al completo dimitió de sus puestos. Los intentos por reestructurar la plantilla llevaron a que el pasado diciembre fuera cesado de nuevo por la Dirección del Hospital La Paz al no verle capaz de garantizar la asistencia sanitaria de la UCIP, aunque la Justicia ha vuelto a readmitirle en el cargo. El último auto de los tribunales aseguran que “la situación actual de la UCIP es responsabilidad de quien tenía que sustituir a los facultativos ausentes y no lo ha hecho” y pone el foco en la Dirección General del hospital público.
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El conflicto laboral y jurídico tiene la UCIP cerrada, aunque la Consejería de Sanidad rehúsa a decir que el departamento está cerrado y asegura que “el hospital dispone de una UCI con muchas áreas que en ningún momento se ha cerrado”. Pedro de la Oliva ha atendido a este medio para contar su versión del conflicto y ha aprovechado para confirmar que la UCI pediátrica se ha clausurado al no tener personal. El Gobierno de la Comunidad tiene potestad para derivar personal de otros centros y que el departamento vuelva a estar operativo, pero no han querido confirmar a Infobae los planes para reactivar el servicio.
La UCI pediátrica, una de las joyas de la corona del Hospital La Paz, está por ahora paralizada. “La unidad, de facto, se queda sin funciones al no contar con efectivos suficientes”, denuncia el sindicato AMYTS ante la situación. Varios trabajadores se manifestaron este miércoles por lo ocurrido. Los seis pacientes ingresados que aún estaban en la planta han sido removidos a otras zonas del hospital. “Yo mismo he tenido que acompañar a un niño a otra planta, la UCI está cerrada, digan lo que digan”, confirmaba un sanitario a Infobae cuando se oficializaban las dimisiones.
La situación lleva aún más al límite a los sanitarios del hospital, que en las últimas semanas han estado desbordados por la falta de personal ante el aumento de casos de gripe. Jesús de Vicente, anestesista del Hospital, constata que la situación ya es crítica y el cierre de una sección no ayuda a la presión asistencial. “Las UCIs del hospital ya están al límite, y con el traslado de los pacientes de la zona que se cerró, fueron a la UCI posquirúrgica, que se ha colapsado y no puede aceptar nuevos pacientes programados para cirugía. Corremos el riesgo de que operaciones programadas para cirugías graves que necesitan luego cuidados muy específicos tengan que ser suspendidas porque ahora está colapsado”, asegura el sanitario.