El futbolista brasileño Dani Alves se está enfrentando a la acusación de presunta agresión sexual. Según los informes, el incidente habría ocurrido la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona. Tras la denuncia presenta por una mujer, las autoridades iniciaron la investigación. Alves ha sido detenido y llevado a presentar declaración ante la justicia española. El juicio por abuso sexual será en las próximas semanas (5, 6 y 7 de febrero) en la Audiencia de Barcelona.
Lo cierto del caso es que el brasileño ha llegado a cambiar la versión de los hechos hasta en cinco ocasiones. Su versión inicial tras lo ocurrido (hace más de un año) negó cualquier tipo de contacto o coincidencia con la víctima. En la última versión (17 de enero de 2024) ha terminado confesando que hubo penetración, pero que estaba “gravemente perjudicado por el consumo de alcohol y eso afectó a sus capacidades”.
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Niega el encuentro
En primera instancia, la inmediata del brasileño tras la acusación fue negar lo ocurrido. Alves negaba cualquier conexión con la víctima, afirmando que no había habido ningún tipo de encuentro en la discoteca y que no conocía a la chica.
Coincidencia en el baño
Después de la primera declaración, en la que negaba cualquier tipo de coincidencia o contacto con la chica, Alves reconoció que la víctima entró al baño mientras él estaba. Lo dejó ahí. El brasileño seguía negando que hubiese ocurrido nada.
Felación consentida
En la declaración del 20 de enero de 2023, en la que negaba cualquier tipo de contacto, quedó desmentida otras las pruebas biológicas que confirmaban dicho acercamiento que denunciaba la víctima. Ante esto, el brasileño admitió la existencia de una felación consentida. En todo momento, el exjugador del Barcelona sostiene el consentimiento.
De la felación a la penetración
Meses después, el 17 de abril, volvió a haber otra modificación en la versión del futbolista. El brasileño confirmó la penetración vaginal, después de que la policía encontrase restos de semen en el análisis de ADN. El abogado del futbolista emitió un comunicado de defensa en el que hablaba de una posible ofensa de la víctima “al pedirle salir por separado del baño y no haber sido más atento al concluir el acto sexual”. Alves mantenía el consentimiento.
Perjudicado por el alcohol
La última versión data del 17 de enero de 2024. Tal y como desveló El Periódico y La Vanguardia, el futbolista sostuvo que no estaba en plena capacidad de sus facultades al estar bajo los efectos del alcohol. “Estaba gravemente perjudicado por el consumo de alcohol y eso afectó a sus capacidades”, indica la parte acusada. Podría tratarse como un intento de mitigar el juicio del próximo mes de febrero.
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La realidad de este cambio de acusaciones, en argumentos del futbolista, se basan en intentar tapar la infidelidad a su pareja, la modelo Joana Sanz. “Quería proteger a su familia. Tenía miedo de revelar en público que le había sido infiel a su mujer”, explicó el letrado Cristóbal Martell.
Ante la última declaración y afirmar que estaba bajo los efectos del alcohol, según la prensa española, la defensa quiere el testimonio de su exmujer, quien relato que llegó “muy perturbado” a la mañana siguiente de los hechos ocurridos en la discoteca. Sin embargo, no casan las fechas, ya que, ese día Sanz se encontraba en las Islas Canarias.
Las autoridades del Tribunal han rechazado cualquier episodio relacionado con el alcohol, paralelamente le piden recibos del total de bebidas consumidas esa noche. El Ministerio Público rechazó las cinco versiones y piden nueve años de prisión para el brasileño, condena que rechaza la defensa y que pide 12 años de prisión más el pago de los 150.000 euros por los daños ocasionados.
La versión de los hechos en palabras de Alves
“Cuando entramos en el baño, nos pusimos frente a frente. Ella me besó y empezó a quitarme los pantalones. Le ayudé a quitarme los pantalones. Ella me sentó en el retrete y empezó a hacerme una felación”, relató el defensor en su momento.
“Le pregunté dos veces si le estaba gustando y me dijo que sí. Y fue cuando ella se incorporó de espaldas a mí, juntando nuestro sexo en penetración. Al finalizar la levanté, que estaba encima de mí, la levanté y me corrí fuera de su sexo. Ni en el reservado ni en el baño, nunca me dijo que parara ninguna acción”, agregó.
El futbolista argumentó que apenas terminó el episodio sexual, se levantó y ambos se fueron. Y expresó que su falta de interés de continuar con ella pudo haber generado un enojo en la denunciante. “Salí al reservado. Y después salió ella. Supongo que enfadada por mi actitud. Yo fui siempre un cómplice de las ganas que tenía o de las ganas que yo tenía”, explicó en su versión. “Yo le dije de ir al baño y trasladar todo lo que estábamos viviendo ahí (en el VIP). Simplemente eso y ella me dijo que sí”, cerró.