Griezmann, el ‘Sabio’ de un Atlético que reproduce en Copa del Rey el problema del Real Madrid bajo palos

Un gol del francés, el día que fue homenajeado por superar a Luis Aragonés como máximo goleador histórico, desnivela en una nueva prórroga el derbi copero que lo cierra Riquelme en el tramo final. El Real Madrid volvió mostrar su resiliencia, pero los errores defensivos le condenaron

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Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Griezmann (REUTERS).
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Griezmann (REUTERS).

Lo que pasa en Arabia se queda en Arabia. O no. Aquel trepidante partido con ritmo vertiginoso viajó de Riad a Madrid y dio paso a uno donde el cinturón de seguridad fue protagonista inicial, pero los viejos vicios decidieron. Las defensas volvieron a ser protagonistas del derbi copero que se apuntó el Atlético de Madrid en una prórroga bien distinta a la vista en la Supercopa de España. Griezmann celebró con gol su nueva coronación como máximo goleador histórico rojiblanco y el Real Madrid, que no fue peor que el Atlético, pero se despistó más en su área, terminó claudicando por segunda vez esta temporada en el Metropolitano. El derbi de los buenos modales -sólo una tarjeta amarilla- de Riad dio paso a uno más casero, cerrado, cargado de tensión y resuelto por el pasillo encontrado por Griezmann en el tiempo extra.

El carril izquierdo volvió a ser propiedad de Lino, que en el derbi liguero se graduó participando en los tres goles rojiblancos, en el de Riad a punto estuvo de coronarse con un disparo ajustado que originó el saque de esquina en previo al gol de Hermoso y en el copero obtuvo su merecido premio. Con la inestimable colaboración con Rüdiger, quien desvió el centro de Rodrigo de Paul y convirtió un balón, sin demasiado peligro, en una asistencia que el brasileño no desperdició ante la dubitativa salida de Lunin, quien no tuvo su noche.

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El defensa del Real Madrid Antonio Rüdiger salta por el balón con el francés Antoine Griezmann (EFE/Juanjo Martín)
El defensa del Real Madrid Antonio Rüdiger salta por el balón con el francés Antoine Griezmann (EFE/Juanjo Martín)

Distinto contenido; mismo continente

El gol encendió al Metropolitano y maniató a un Real Madrid que anteriormente había tenido en las botas de Bellingham y Rodrygo la apertura del marcador. No obstante, el larguero y Oblak fueron demasiados robustos. Estaban más asentados los de Ancelotti, acariciaban el gol, pero no materializaban la superioridad. Y, por tercera vez esta temporada, iniciaron un derbi a remolque. De hecho, el Madrid sólo ha ido 9 minutos por delante en el marcador ante el Atlético esta temporada. Modric hacía de Kroos y tenía como acompañante a un Camavinga enjaulado y demandante de otro futbolista que le permitiese dar rienda suelta a su físico. Valverde caía a la derecha y Bellingham escoltaba a Rodrygo y un Vinicius más pendiente de la grada que de lo acaecido sobre el tapete y siendo devorado por el personaje.

Los aficionados rojiblancos le sacaron la amarilla que condicionó un partido que poco a poco fue afeándose y embarrándose en las formas. Patadas a destiempo, agarrones, encaramientos... Y en medio de ese lodo, el Real Madrid encontró oro donde Oblak, salvador antes, halló carbón. Su desconfianza a la hora de despejar la falta lateral le condenó a recoger el balón de la red en la que él mismo lo había introducido. El ritmo del juego no se parecía al de Riad, pero el guion comenzaba a tener tintes árabes. Especialmente en área propia.

Antoine Griezmann celebra el tercer gol del Atlético de Madrid contra el Real Madrid por los octavos de final de la Copa del Rey en el Estadio Metropolitano de Madrid (REUTERS).
Antoine Griezmann celebra el tercer gol del Atlético de Madrid contra el Real Madrid por los octavos de final de la Copa del Rey en el Estadio Metropolitano de Madrid (REUTERS).

La zona Griezmann

Simeone, para dar continuidad a aquello de las segundas partes de Riad, agitó la coctelera de idéntica manera que en la capital saudí. Molina dentro y Saúl fuera. Algo que también hizo más tarde Ancelotti con Kroos y Modric. No sin antes sufrir otra cadena de desdichas. Un centro lateral rebotó en Camavinga y Lunin, en lugar de blocar, despejó contra Rüdiger y Morata no tuvo más que empujar en boca de gol. Se asentó el Atlético, que encontró sus mejores momentos. Con de Paul dirigiendo la nave, Koke ayudando a todo el que pasaba por su lado y Griezmann, que gestionó sus esfuerzos, comenzando a inspirarse.

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Aceleraba cuando tenía que acelerar, ralentizaba cuando debe ralentizar, jugaba corto cuando lo reclamaba la jugada y largo cuando era necesario. Sin ser su mejor día, volvió a ser quien mejor leyó los tiempos del partido. Aunque para ese premio también optan un Bellingham omnipresente en ataque y un Witsel que suplía su desventaja en carrera con los delanteros madridistas con buen posicionamiento. Hacía frío en el Metropolitano y el Atlético se acurrucó en su área ante el continuo intento del Real Madrid por quitarle la manta. No sufrían los colchoneros más allá de una jugada en la que el larguero repelió el tiro de Bellingham.

Diferente prórroga

Fortuna rojiblanca que estuvo muy cerca de ser negativa, pues el golpeo del brasileño se envenenó por un rebote en Giménez. Fue un aviso. Minutos más tarde Joselu marcó y, revisión del VAR mediante, el Madrid volvía a alcanzar la prórroga en un nuevo ejercicio de resiliencia. Pero Simeone se había preparado mejor para ella que en Riad, aún disponía de cuatro cambios. El tiempo extra fue una mezcla de jugadores cansados con piernas frescas del que salió vencedor el Atlético. Griezmann estrenó su corona heredada del Sabio de Hortaleza condenando un error de Vinicius y fusilando a Lunin

Se volcó el Madrid, que pudo empatar, de hecho lo hizo Ceballos, pero un fuera de juego previo de Bellingham evitó la igualada. En pleno arrebato, con el Madrid volcado, enganchó una contra el Atlético y Memphis hizo lo mejor de la noche, dejar la pelota a la izquierda para que Riquelme completara la noche soñada por todo colchonero. El Atlético tenía su revancha y el Metropolitano, su fiesta que empezó el jueves y acabó un viernes.

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