Minuto 88 de partido, restan dos más el añadido para que el Atlético de Madrid acceda a cuartos de final tras remontar al Girona un 1-2 adverso. Los rojiblancos habían hecho lo más difícil ante un equipo, el catalán, con una mezcla de jugadores no titulares y del filial sobre el tapete. Simeone, en su querencia de alternar porteros en Copa, retiró las llaves de la portería a Oblak y se las entregó a un Adán que nada pudo hacer para frenar el desvío de Doumbia cuando el tiempo agonizaba. El Girona firmó la gesta en el Metropolitano, porque era una gesta marcar tres goles al Atlético, más aún en su campo y especialmente tras sobreponerse al golpe que había supuesto la remontada local para levantarse del suelo, regresar al combate a última hora y ganarlo.
“El equipo se puso con el 3-2 y no sé si pasaron dos minutos después del gol nuestro cuando llegó el 3-3 del Girona. Fue una pérdida de pelota ahí en medio, con una transición rápida de ellos, que llegaron bien en zona de tiro, teníamos gente para defenderla, le pasa debajo de las piernas a Arias... Hay veces que uno quiere resolverlo mejor, no pudo ser, pasó por debajo de las piernas, empate a tres y hay que aprender de los errores cometidos. El Girona hizo un buen partido. No se le pueden quitar méritos a un equipo que compitió muy bien en la ida, que entendió que había que defender para no encajar goles que complicaran el partido de vuelta. Felicitarle. Y nosotros, a mejorar y aprender de los errores”, aseguró Simeone en su día.
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11 partidos a domicilio
Aquel empate con sabor a derrota que, por su tamaño acaba en ‘azo’. Gironazo. Fue el último partido de Copa del Rey que presenciaron los aficionados del Metropolitano hasta este jueves (21:30) que reciben al Real Madrid. Hace cinco años, la Federación presidida en aquel entonces por Luis Rubiales, cambió el formato de la Copa del Rey. Pasando de jugarse a doble partido todas las eliminatoria a hacerlo tan sólo en semifinales y el resto a partido único. Siendo el equipo de menor categoría el que ejerza como local.
Mientras que, en caso de pertenecer a la misma división, acogería el encuentro el equipo que primero saliera en el sorteo. Algo que hasta esta temporada nunca le ocurrió al Atlético. La pasada temporada visitó al Almazán, Arenteiro, Oviedo, Levante -todos de inferior categoría- y Real Madrid; en la 21/22, a Rayo Majadahonda y Real Sociedad; en la 20/21, a Cardassar y Cornellà, donde cayó eliminado; en la 19/20, sólo a la Cultural Leonesa, que apeó a los colchoneros de la Copa. Y en la 18/19, se enfrentó a Sant Andreu y Girona, último equipo en pasar por el Metropolitano bajo el paraguas del torneo copero.
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En casa, pero como visitantes
La realidad dice que el Atlético no ha jugado la Copa del Rey como local desde enero de 2019, pero también dice que jugó un partido de Copa del Rey en el Metropolitano. Fue el día de Reyes de 2022, ante el Rayo Majadahonda, un club amigo con la entidad madrileña que ya le había cedido el Metropolitano para que jugase sus partidos de Segunda División tres años antes. Además, el conjunto majariego disputa sus partidos ligueros en el Cerro del Espino, lugar donde entrena el Atlético de Madrid. Los rojiblancos disputaron aquel encuentro copero como visitantes, pero en su casa.
El choque copero ante el Real Madrid será la tercera entrega, que no la última, de los derbis capitalinos de esta temporada. Poco más de una semana después del disputado en Arabia, donde los de Ancelotti se impusieron en un partido en el que comenzaron mandando los de Simeone pero sucumbieron ante el mejor fondo de armario blanco. Este jueves, el Atlético buscará venganza y, media década después, en Copa del Rey y ante su público.