El español Carlos Sainz (Audi) no solo sobrevivió a los 420 kilómetros de piedras que conformaron la penúltima etapa del Dakar. También se paseó sobre una auténtica maratón de piedras, en la que quedó tercero, y ya roza su cuarto Dakar tras una avería del francés Sébastien Loeb (Prodrive), que sigue segundo pese a perder más de hora y quince minutos.
Sainz y su copiloto, Lucas Cruz, quedaron terceros de la etapa, a 5 minutos y 35 segundos del francés Guerlain Chicherit (Overdrive Racing), que ganó la jornada de este jueves. A 3 segundos concluyó el belga Guillaume de Mevius (Overdrive Racing), que peleará este viernes por el tercer escalón del podio con el brasileño Lucas Moraes (Gazoo Racing), quien cayó de las tres primeras posiciones de la general por una avería.
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El dúo español está a apenas 175 kilómetros de conseguir un nuevo Touareg más y sólo una avería mecánica podría apear del triunfo al binomio que ambos forman, pues tienen una ventaja de más de una hora y 25 minutos sobre Loeb.
Esta etapa fue, junto a la crono de 48 horas sobre el desierto del Empty Quarter, la jornada más difícil de esta edición por las piedras y los pinchazos. Además, la etapa de este viernes, la última jornada del Dakar 2024, será totalmente diferente a la de este jueves, puesto que sólo tendrá 175 kilómetros de especial, con una navegación más fácil y, aparentemente, sin piedras que dificulten el paso a los coches.
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Adiós a las opciones de Loeb
El máximo rival de Sainz sufrió un problema mecánico que le hizo permanecer parado durante más de 40 minutos a la altura del kilómetro 132 de la penúltima etapa de la prueba. El Dakar informó de que el galo esperaba al camión de asistencia para ayudarlo, y tuvo que esperar un largo rato hasta que este le pudiese suministrar las herramientas necesarias para arreglar su fallo mecánico.
Al inicio de la jornada, Sainz sólo tenía una ventaja de 13 minutos y 22 segundos sobre el francés, que permanece segundo en el Dakar y que también era segundo en la etapa a su paso por el segundo tramo cronometrado. De hecho, hasta la propia organización del Dakar dio por finalizada la intentona de triunfo de Loeb. “Mañana viernes podrán tomar la salida, pero la lucha por la victoria general ha terminado”, señaló el Dakar en su perfil oficial de ‘X’.
De este modo, el veterano piloto madrileño lo tiene bien encarrilado para lograr su cuarto triunfo tras los de 2010, 2018 y 2020, todos ellos con una marca diferente (Volkswagen, Peugeot y Mini). De momento, la suerte ha sonreído a Sainz, que no tenido que lamentar los tres pinchazos que sufrió el miércoles, en la décima etapa.
Entonces, la aparición de los pinchazos hizo estragos en el piloto madrileño, que empezó a perder tiempo y que no pudo volver a tener la renta de más de dos minutos que había ganado sobre Loeb. De hecho, el tercer pinchazo remató a Sainz, que pese a todo tuvo la ayuda de su compañero Mattias Ekström, quien le prestó dos ruedas para que pudiera terminar la carrera. Pero para ello, el español tuvo que esperar siete u ocho minutos, lo que terminó de dilapidar sus buenos primeros kilómetros y le hizo acabar a 25 minutos del francés Guerlain Chicherit (Overdrive Racing), que ganó la etapa. Finalmente, el infortunio afectó a Loeb horas más tarde de que Sainz sí solventase un problema que pudo haber sido fatal.
Con información de EFE/Europa Press