Vox se independiza del PP en la calle: Revuelta le da la fuerza suficiente para movilizarse alejado de Feijóo

Abascal elige a Garriga como vicepresidente de Vox. Este miércoles se sabrá si algún candidato ha tenido tiempo de lograr los 3.269 avales necesarios en una semana para entrar en las quinielas del partido

Vox recaudó 330.000 euros a través de ingresos anónimos en cajeros en 2018 y 2019 y lo intenta justificar con facturas de 2022

La “movilización permanente” anunciada por el partido de Santiago Abascal se va a convertir en semipermanente el próximo 28 de enero, dado que Vox no acudirá, por primera vez, a un acto convocado por el PP contra el Gobierno de Pedro Sánchez y sus “cesiones” a los independentistas. Abascal ha decidido dar un portazo al PP tras tener, en sus propias palabras, toda la “buena voluntad del mundo” para asistir a sus manifestaciones y abogando por colaborar y estar juntos ante lo que consideran un “golpe” por parte del Gobierno.

Vox cree que el PP estafa a sus votantes convocando los domingos a movilizaciones, pero pactando los lunes con el PSOE, por lo que Abascal no quiere ser “cómplice” de esa incongruencia. El pasado 8 de octubre asistió a la protesta convocada por el PP el 12 de octubre contra la amnistía, que solo sería una de muchas a las que se uniría la extrema derecha. Sin embargo, el Partido Popular abogaba por la distancia con sus socios en cinco gobiernos autonómicos, que en noviembre estaban ya completamente involucrados en las protestas ‘ultra’ de Ferraz.

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Desde principios de noviembre, el grupo juvenil Revuelta, vinculado con Vox, lleva congregándose en la sede socialista de la calle Ferraz con protestas que a veces se tornaban en violentas. El propio Santiago Abascal llegó a abandonar el debate de investidura de Pedro Sánchez el día 15 de noviembre para acercarse a apoyar a los que se concentraban contra el Gobierno otra noche más en la sede nacional del partido del Gobierno. Los allí reunidos le esperaban con gritos de “presidente”, mientras llamaban “hijo de puta” al que realmente es el jefe del Ejecutivo. No era la primera vez que se había unido a la muchedumbre nocturna convocada por Revuelta, ni tampoco sería la última.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal (EFE/ Kiko Huesca)

Con todo, Abascal seguía dando órdenes dentro de su partido para asistir a todas las protestas, ya fuesen convocadas por la sociedad civil o por el Partido Popular. Sin embargo, poco a poco, el partido de extrema derecha comenzó a desvincularse de estas congregaciones, en las que se portaban banderas franquistas, se entonaban cánticos ofensivos, se lanzaban insultos al Rey Felipe VI o se protagonizaban escenas surrealistas, como rezos al Rosario o la exhibición de muñecas hinchables diciendo que eran las “ministras” del Gobierno.

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De hecho, tras el acto de Nochevieja de Revuelta en el que se apaleó a un muñeco de Pedro Sánchez, Vox se desvinculó públicamente de esta plataforma, después de que un correo de su partido apareciese en las facturas de las donaciones para organizar este evento ‘ultra’. “Sin conocimiento ni consentimiento de Vox, una persona vinculada a Revuelta ha introducido, como correo de referencia para la plataforma de pagos utilizada por la asociación juvenil, un correo electrónico corporativo en lugar de un correo personal”, justificó la extrema derecha en cuanto se publicó la información.

Sin embargo, el empuje de estas protestas, que claramente están relacionadas con su partido y a la que asisten sus militantes y simpatizantes, permiten a Vox coger oxígeno suficiente como para alejarse de las convocadas por el PP. No necesitan a Alberto Núñez Feijóo para emprender su ofensiva en la calle, lo que para el PP es, incluso, un alivio, según comentan fuentes de la Dirección Nacional del partido.

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Abascal consuma la ‘bunkerización’ de Vox

Además, Vox emprende este mes un supuesto proceso de renovación. Al líder de la extrema derecha no le consta que se haya presentado ninguna candidatura alternativa para disputarle la Presidencia del partido, y es que Abascal ha adelantado la asamblea de Vox para dejar únicamente una semana para que otras personas puedan participar, un tiempo notablemente insuficiente como para recopilar los 3.269 avales necesarios para plantarle cara.

Javier Ortega-Smith sonaba como un posible contrincante, aunque él mismo acabó desactivando la posibilidad y, finalmente, Abascal lo ha integrado en su candidatura para sofocar el fuego interno, aunque relegado a un puesto de vocal. Ahora será Ignacio Garriga el nuevo vicepresidente del partido. La nueva estructura mantiene al diputado Pablo Sáez como tesorero, pero relega, además de a Ortega Smith, a Jorge Buxadé y a Reyes Moreno a un segundo plano, aunque sin desaparecer de la lista.

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Aunque estos días parece que ha habido una contestación interna a la “bunkerización” pretendida por el partido, no parece que Abascal vaya a tener rival, por lo que la renovación de su liderazgo es casi al 100% una realidad. Con todo, Vox sostiene que si de verdad existe la “crisis interna” dentro de su partido, aflorará en la próxima asamblea general del 27 de enero, obviando que el simple hecho de adelantar sin previo aviso ni razón las primarias de Vox es un indicio de que, efectivamente, existe una crisis interna.

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