Un paseo en barco por la ría de Ferrol: impresionantes castillos, un arsenal y una batalla histórica

La Armada española es una de las más antiguas del mundo, pues su origen se puede fechar en 1588. Para poner en contexto su fundación, antes tenemos que hablar de la guerra anglo-española, la cual tuvo lugar entre los años de 1585 a 1604. Durante este periodo y con intención de derrocar a la corona inglesa, Felipe II mandó a la conocida como Armada Invencible, una increíble flota que a ojos de los enemigos parecía indestructible.

Pero nada más lejos de la realidad, pues apenas entró en combate con armada inglesa, ya que el mal tiempo y un par de enfrentamientos con buques disgregados sirvió para que la misión fracasara. Así, tras este acontecimiento, se puede decir que fue el principio de lo que hoy conocemos como la Armada española. A día de hoy, son tres los arsenales que se distribuyen a lo largo de nuestro país: el arsenal de la Carraca, en Cádiz; el arsenal de Cartagena y el arsenal de Ferrol.

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Este último constituye uno de los más importantes gracias a la situación estratégica de la ría, pero sobre todo por albergar uno de los principales astilleros de España: Navantia. Esto demuestra como la ciudad cuenta con un rico patrimonio naval que se termina de completar con el Museo de la Construcción Naval y el propio Museo Naval.

El arsenal de Ferrol nace en el siglo XVI como un lugar de resguardo y aprovisionamiento para las Armadas de los Reyes de la Casa de Austria. Sin embargo, la defensa y la salvaguarda de este espacio era un asunto que perturbaba a la corona, por lo que se procedió al estudio y creación de una infraestructura de apoyo. A esto se le sumaba las constantes amenazas tanto por mar como por tierra a esta antigua Base Naval, lo que forzó la necesidad de su defensa y el desarrollo de un sistema de fortificación sobre la boca de la Ría.

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Así, sobre el año 1589, por iniciativa de Felipe II, se comenzó la construcción del primer “castillo”, que se llamó de San Felipe en honor al Santo Patrón del Rey. Todavía se conserva parte de esta obra primitiva, integrada en la construcción del siglo XVIII, ya reformada. De este modo, se inició una red fortificada de castillos a pie de ría que volvieron más impenetrable la ría. Así, aparte del de San Felipe, se levantaron dos fortines más en la orilla opuesta del canal.

“Más al este, el de Nuestra Señora de La Palma, denominado así por la capilla dedicada a esta advocación de la Virgen. Y al oeste, el de San Martín, así llamado en homenaje a Martín de Padilla, adelantado de Castilla en aquellos años”, cuentan desde Turismo de Ferrol. De esta última construcción apenas se conservan restos, pero en su época este conjunto militar, ubicado en un punto tan estratégico de la Ría, permitió una defensa capaz de proteger las instalaciones militares ante previsibles ataques enemigos.

El triángulo de fuego que formaban era capaz de mantener a raya a las tropas enemigas, incluso permitía la colocación de una cadena tendida entre el Castillo de San Felipe y el de San Martín que impediría la entrada de tropas enemigas. Prueba de ello fue la conocida como batalla de Brión, una ofensiva inglesa que tenía como objetivo tomar el arsenal y los astilleros, y que tuvo lugar el 26 de agosto de 1800.

El ataque fue fallido, pues el desembarco inglés en la playa de Doniños fracasó gracias a la resistencia del castillo de San Felipe. Se trata de uno de los acontecimientos más importantes de Ferrol, de hecho, se rememora todos los años escenificando la lucha entre las compañías inglesas y los habitantes de Brión, con la participación de todos los vecinos.

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El castillo de San Felipe es uno de los principales monumentos de Ferrol y una de sus joyas arquitectónicas más preciadas. Fue diseñado siguiendo los principios de la arquitectura militar de la época, caracterizados por gruesos muros y baterías de artillería, aunque, con el paso del tiempo, perdió su función defensiva y en la actualidad es un recurso turístico y cultural importante en la región. Ha sido declarado Bien de Interés Cultural y es un ejemplo representativo de la arquitectura defensiva del siglo XVI en España.

La accesibilidad al recinto del castillo permite a los visitantes hacer un recorrido por sus instalaciones, donde pueden observar la estructura de sus muros, sus antiguos cañones y la vista panorámica que ofrece de la ría. Además, cuenta con exposiciones que relatan su historia y relevancia en diferentes momentos históricos.

Así, su visita se vuelve hago imprescindible en la ciudad, de hecho, su acceso es libre y gratuito, aunque también existe la posibilidad de realizar una visita guiada con un guía oficial de turismo de la Xunta de Galicia. Esta actividad son los jueves y sábados desde el 15 de julio hasta el 10 de septiembre, a las 18:00 h. El precio por realizar esta visita es de 10 € y tiene una duración de alrededor de una hora y media.

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Una de las mejores formas de disfrutar de la ría es a través de una ruta en barco. Desde el puerto de Ferrol, algunas empresas ofrecen este servicio, que sin duda es una de las mayores experiencias que se pueden vivir en la ciudad. Así, el viajero puede apreciar la inmensidad del arsenal y los astilleros desde un punto de vista único en el que los buques y diferentes patrulleras asombran a cualquiera.

A este se le suma la belleza de la ría y su orografía única. Igualmente, en esta travesía no podía faltar el castillo de San Felipe y los restos del de Nuestra Señora de La Palma y San Martín. A la vuelta, se puede contemplar en la lejanía el pintoresco pueblo de Mugardos, al otro lado de la ría, y volver a sorprenderse con la espectacularidad del puerto y el arsenal.

A Coruña es el aeropuerto más cercano, por lo que es la mejor opción si se viaja en avión. Desde la ciudad, el trayecto hasta Ferrol es de alrededor de 40 minutos por la carretera AP-9 (hay peajes). Por su parte, desde Lugo, el viaje tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la vía AG-64.