La elevada demanda y la escasez de oferta de pisos compartidos en alquiler obliga a los futuros inquilinos a pasar un duro casting diseñado por los caseros con exigencias cada vez más difíciles de cumplir. Así, el perfil de inquilino preferido por los propietarios de pisos compartidos en alquiler es el de una persona soltera, no fumadora, sin mascota y, preferiblemente, mujer, según recoge un informe elaborado por el portal inmobiliario pisos. com.
“Podemos constatar que los perfiles de mujeres son más buscados que los de hombres. Así, los pisos que solo aceptan chicas rondaron el 19% en 2023, mientras que en el caso de los exclusivos para chicos son mucho más residuales, un 3,14% el año pasado”, indica Ferran Font, director de Estudios de pisos. com. Mientras que las parejas fueron aceptadas sólo en el 8,86% de los anuncios de habitaciones en pisos compartidos durante 2023.
Te puede interesar: Ni comprar, ni alquilar, ni compartir: la subida histórica de precios expulsa a los jóvenes del mercado de la vivienda
Otro aspecto muy tenido en cuenta al alquilar habitaciones es si el aspirante a inquilino fuma o no. La mayoría de los arrendadores son cada vez más restrictivos respecto a este hábito, y más, si se compara con lo que ocurría hace una década. “Si en 2013 veíamos como uno de cada cuatro anuncios era de habitaciones libres de humo, concretamente el 24,25%, el año pasado esa cifra se duplicó hasta el 41,76%”, apunta Font.
Al contrario ocurre respecto a las mascotas. Hace diez años, la mayor parte de los arrendadores rechazaba alquilados con animales, mientras que ahora son más permisivos al respecto. No obstante, prefieren que los alquilados no los tengan. Así, el crecimiento de anuncios en los que se aceptan mascotas pasó del 1,55% en 2013, al 6,78% en 2022 y al 9,32% el año pasado.
Te puede interesar: Los minipisos no cuajan en España: sólo suponen el 1% del mercado de alquiler frente al 80% de las viviendas de más de 60 m²
A juicio de Ferran Font, “con los años hemos podido ver cómo los propietarios, pese a haberse vuelto más restrictivos ante la creciente demanda del mercado, aceptan cada vez más la presencia de mascotas en sus inmuebles, un claro signo del cambio de los tiempos”.
Habitaciones cada vez más caras
A las mayores exigencias de los caseros de pisos compartidos se suma la subida de los precios que los inquilinos deben afrontar por el alquiler de una habitación, que a cierre de 2023 se situó de media en los 466 euros, un 42% más que hace 5 años y un 76% más respecto a hace 8 años, según el estudio de Viviendas compartidas en España en 2023 elaborado por Fotocasa.
“Año tras año el precio del alquiler se encarece y a través de él, el coste de compartir vivienda”, señala María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa. Explica que el coste de alquilar una habitación ha aumentado incluso 3 décimas más que el de una vivienda entera, debido a que la demanda de arrendamiento “se está dirigiendo hacia la búsqueda de pisos compartidos como única solución habitacional hacia la emancipación al permitir repartir gastos”.
Reconoce que mientras la demanda de pisos compartidos ha aumentado en 14 puntos en un año, el precio ha llegado a sobrepasar los registros máximos históricos, y por ello, el nivel de sobrecrecimiento está siendo “muy significativo”.
En su opinión, “la vivienda compartida es una de las vías más utilizadas por las clases sociales más vulnerables y por los jóvenes, ya que permite que el esfuerzo salarial dedicado a pagar la vivienda no sea tan abultado”.