Desabastecimiento. Una palabra que más bien podía parecer algo obsoleta, se ha repetido mucho durante los últimos años. De los lineales de supermercado vacíos por los problemas de la cadena de suministro derivados de la pandemia, al racionamiento de algunos productos, pasando por las restricciones de algunas materias primas tras el estallido de la guerra de Ucrania. Los supermercados se han aprendido la lección, y ahora, con la crisis en el Mar Rojo, las grandes cadenas de distribución han adelantado las compras de productos con el objetivo de llenar sus almacenes de cara a la prolongación del conflicto y su impacto en los precios. La situación es más complicada en el caso de los pequeños comercios, que no tienen el mismo margen económico para poder comprar con previsión.
La escalada de los ataques de rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, a buques que atraviesan el corredor que lleva al canal de Suez, ha hecho descarrilar las previsiones de la industria, que anticipaba un 2024 con bajos costes de flete ante una ralentización de la demanda y un exceso de capacidad de transporte tras la pandemia.
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Así, grandes cadenas como Mercadona, Carrefour o Dia -integradas en la patronal Aecoc- han asegurado que para evitar posibles disrupciones de la cadena de suministro, están adelantando sus compras de determinadas materias primas y mercancías. Y no es para menos: los intercambios de España con países asiáticos -principalmente afectados por este conflicto- representaron más de 135.000 millones de euros en 2022. Así, los supermercados han optado por comenzar a elevar su stock de productos, con el fin de evitar que la prolongación de este conflicto les genere problemas de abastecimiento.
Lo que sí asumen es que este conflicto va a tener impacto en los precios. En el caso de España, rodear África a través del cabo de Buena Esperanza suma casi 6.000 kilómetros de trayecto y alarga el viaje unos 31 días, hasta cerca de 40, un retraso que incrementa el coste de las mercancías. Una subida de precios que ya se está produciendo: el precio de los contenedores por esa ruta se puede triplicar, pasando de 1.000 a 3.000 euros por contenedor, según los datos de la patronal de supermercados.
Autónomos y pymes, los más perjudicados
Una situación que es aún más complicada en el caso de los autónomos y pymes, que cuentan con menores márgenes que las grandes cadenas para hacer frente a los sobrecostes derivados del conflicto. El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, ha advertido de que ya hay empresas que están teniendo problemas en los suministros de productos que tienen que atravesar el mar Rojo para su recepción en España.
“Es verdad que hemos contenido la inflación, pero hay preocupación ante lo que pueda ocurrir”, ha reconocido Amor, que ha recordado que la inflación en España empezó a subir, no con la guerra de Ucrania, sino cuando empezaron a faltar componentes y suministros a las empresas españolas y subieron los precios para su transporte.
Más problemas de cara al futuro
Con la llegada del Año Nuevo Lunar chino (10 de febrero) y el tradicional aumento de la demanda en ese periodo, el coste del transporte marítimo puede aumentar todavía más en las próximas semanas. El conflicto también ha causado que las compañías aseguradoras estén optando por multiplicar las primas a las empresas o incluso renunciar a asegurar la mercancía que transcurra por esa vía.
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Esta coyuntura está teniendo un “impacto significativo” para las principales empresas dedicadas a la fabricación y distribución de sectores de consumo claves para la economía nacional, como los de alimentación, textil y moda, ferretería y bricolaje, y bienes tecnológicos de consumo. La inestabilidad en el mar Rojo y el desvío por el sur de África aumentan las emisiones del transporte marítimo de la Unión Europea (UE), lo que coincide con la entrada en vigor en enero pasado del nuevo régimen de derechos de emisión a los puertos europeos.