Lagarde pospone la primera bajada de tipos del BCE: no se producirá antes del verano

Asimismo, ha advertido de que todavía hay un alto nivel de incertidumbre “y algunos indicadores que no están anclados en el nivel en el que nos gustaría verlos”

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La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

“Es probable que el Banco Central Europeo recorte los tipos de interés en verano”, ha dicho la presidenta de la institución monetaria, Christine Lagarde, en el Foro Económico Mundial, que se celebra en Davos. Con esta afirmación, la presidenta del BCE se desmarca de las previsiones del mercado que estimaban que la primera bajada de tipos se produciría en marzo o abril. Apenas un día antes del inicio del llamado período de tranquilidad que precede a las reuniones de política monetaria del BCE, la presidenta alinea su discurso con el de otros miembros de la institución monetaria para tratar de frenar las expectativas de una inminente flexibilización.

Los datos macroeconómicos y las amenazas geopolíticas que pesan al alza sobre la inflación podrían desembocar en que el BCE deje los tipos de interés sin cambios este año, según ha advertido este lunes desde Davos el miembro del Consejo de Gobierno del BCE y gobernador del Banco Nacional de Austria, Robert Holzmann.

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“La amenaza geopolítica ha aumentado porque lo que hemos visto hasta ahora por parte de los hutíes, y creo que no es el final, podría ser el comienzo de algo mucho más amplio que tendrá un impacto en el Canal de Suez y aumentará los precios allí”, ha afirmado Holzmann, que ha añadido, en consecuencia, que “no se debería apostar en absoluto por una bajada de tipos en 2024″, coincidiendo así, en su discurso con el miembro del BCE, Philip Lane, que ha asegurado que “es demasiado pronto” para hablar de recortes.

En este sentido, la presidenta del BCE ha advertido de que todavía hay un nivel de incertidumbre alrededor de la situación “y algunos indicadores que no están anclados en el nivel en el que nos gustaría verlos”, como sucede con la inflación en los servicios, el principal sector de la economía europea, donde los precios suben un 4%. Asimismo, Lagarde ha insistido en la importancia de seguir recabando información sobre la evolución de los salarios en la zona euro, por lo que ha emplazado a finales de la primavera, cuando se conozcan los resultados de las negociaciones colectivas en curso.

El mercado hace sus previsiones

Hasta ahora, la mayoría de los analistas se inclinaba por una rebaja a partir del segundo semestre del año, pero cada vez son más los que vaticinan que puede adelantarse a inicios del segundo trimestre. Los analistas de Bank of America consideran que la posibilidad de que se produzca una bajada de tipos en abril “ha aumentado”, aunque pronostican que el primer recorte sea en junio. También creen en la posibilidad de que el eurobanco decida finalizar antes de lo esperado las reinversiones de su programa de compra de deuda por la emergencia pandémica (PEPP).

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Por su parte, Franck Dixmier, director de inversiones de Renta Fija de Allianz Global Investors, indica que los inversores parecen haber abandonado toda perspectiva de futuras subidas de tipos y anticipan recortes significativos: “Prevén ahora recortes de 150 puntos básicos a lo largo de 2024, con una primera reducción en marzo”, señala, aunque reconoce que las expectativas de una bajada de tipos en marzo “nos parecen precipitadas”.

También Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, cree que el BCE mantendrá los tipos de interés estables hasta, al menos, el segundo trimestre de 2024, “probablemente hasta junio”. No obstante, advierte que “existe la posibilidad de un recorte anticipado en marzo o abril si la inflación y el crecimiento económico no contrarrestan las tendencias desinflacionistas a principios de 2024″. Es más, argumenta que, el BCE podría iniciar su ciclo de recortes antes que la FED: “Un euro y un dólar debilitados podrían agravar la inflación importada, pero si el BCE reduce los tipos debido a una economía en desaceleración, la disminución de la demanda podría compensar el impacto de una moneda más débil”.

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