El PP catalán se rebela contra Génova y rompe el silencio por la ‘Operación Cataluña’: “Pastelear con Pujol y Villarejo es perjudicial”

El silencio en Génova sobre la vinculación del expresidente popular Mariano Rajoy con la operación Catalunya se ha roto este miércoles. El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha dado un paso al frente y ha rechazado “categóricamente” la actuación del Gobierno de Rajoy contra el independentismo a través de informaciones falsas. Según la documentación publicada por La Vanguardia y Eldiario.es, el Ejecutivo utilizaba recursos públicos para perseguir a políticos y empresarios catalanes. “Pastelear con Pujol de día, y con Villarejo de noche es perjudicial para España”, ha lanzado el presidente del PP catalán a través de un mensaje en la red social X (antes Twitter).

La información, que ha saltado esta semana, se vale de unos informes que confirman la existencia de la operación Catalunya y que, además del excomisario José Manuel Villarejo, el Gobierno de Rajoy también fabricó pruebas falsas para atacar al independentismo catalán desde 2012 hasta 2016. El expresidente del Gobierno se habría servido de información confidencial que suministraban ministerios como el de Hacienda. Uno de los objetivos era el fiscal jefe de Catalunya, Martín Rodríguez Sol, al que se relacionaba con comisiones de Unió Democràtica de Catalunya. Y también una de las grandes fortunas catalanas, la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella, junto con su marido, Carles Vilarrubí, histórico militante de Convergencia.

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“La unidad de España se defiende con ideas y con la ley”, ha aseverado Alejandro Fernández, que ha puntualizado que “solo con la ley”, una frase que lleva implícito el rechazo a la conexión político-policial para desacreditar al independentismo mediante informaciones falsas. Y es que la nueva investigación periodística señala, a través de documentación policial y audios, que el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y Rajoy fueron los que ordenaron poner en marcha esta operación después de la manifestación de la Diada del 11 de septiembre de 2012 y de que Artur Mas pidiese un pacto fiscal para Catalunya.

En concreto, la investigación apunta al importante papel del entonces director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, que recopilaba información sobre independentistas y elaboraba informes que, muchas veces, contenían información falsa, generada a partir de datos confidenciales que facilitaba el Ministerio de Hacienda que dirigía Cristóbal Montoro. Unos informes que a menudo se acababan filtrando a la prensa e incluso llegaban a servir para abrir causas judiciales para perjudicar a los líderes soberanistas. Toda esta información se recopilaba sin ninguna autorización judicial y en esta operación solía actuar también el comisario José Manuel Villarejo.

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Las notas recorrían diferentes despachos del gobierno del PP y el mismo Fernández Díaz las hacía llegar a Mariano Rajoy a través de sus escoltas, que las llevaban a La Moncloa y las entregaban en mano al presidente del Gobierno. Desde septiembre de 2012, el despacho de Fernández Díaz se llenó de documentación que afectaba a cargos de Convergència Democrática, como fueron los casos de la atribución a Artur Mas de cuentas en Liechtenstein; las cuentas en Andorra de la familia Pujol o el caso del informe falso sobre las cuentas de Xavier Trias en Suiza.

Son pruebas irrefutables, sin embargo, el PP de Alberto Núñez Feijóo no se ha pronunciado al respecto desde que se publicó la información: el lunes no ofrecieron la habitual rueda de prensa desde la sede de Génova, y en el desayuno informativo que se celebró en su lugar no se tocó esta cuestión. Este martes, Feijóo reunió en el Senado a todos sus diputados y senadores y, a posteriori, en un encuentro privado, el portavoz del PP, Miguel Tellado, pidió a los parlamentarios no hablar con la prensa, según una información de El Confidencial. Los populares estuvieron rodeados de prensa durante todo el día, pero el silencio sobre este tema reinó en el Senado.

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La tregua en la crisis interna con el PP de Cataluña ha sido corta, ha durado poco más de un mes, hasta que esta información, vinculada con el partido y con esta autonomía, ha saltado a los titulares de los periódicos nacionales. Tras más de un año de retraso en la convocatoria del congreso del PP catalán para la renovación de la cúpula, Génova se abrió a la candidatura de Alejandro Fernández, aunque sin cerrar la puerta a otros nombres. Fernández recogió el guante y optó por la discreción y el diálogo.

Pero dos hechos han caído como una jarra de agua fría sobre el PP catalán esta semana: Alberto Núñez Feijóo vuelve a hablar de “rearmar el partido” y pospone el congreso del PP de Cataluña hasta pasadas las elecciones europeas (segundo semestre del año), y Mariano Rajoy aparece vinculado con la policía patriótica que actuaba contra el independentismo catalán en medio de las negociaciones del PSOE con Junts y la tramitación parlamentaria de la amnistía.