Así son los radares de cruce de la DGT: cómo multan y en qué lugares están

Estos dispositivos no solo detectan, sino también sancionan a quienes comprometen la seguridad vial, marcando el camino hacia carreteras más seguras

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Cruce en una carretera en
Cruce en una carretera en Ibiza (Europa Press)

La Dirección General de Tráfico (DGT) de España, consciente de que los cruces y las intersecciones representan puntos críticos en cuanto a siniestralidad vial, ha implementado una nueva herramienta en su lucha por aumentar la seguridad en las carreteras: los radares de cruce. Según el II Observatorio de Radares del blog Coyote, España cuenta con más de 2.800 radares de distintos tipos, y ahora suma esta nueva categoría para mejorar el control en las zonas de mayor riesgo.

Los accidentes en cruces son especialmente frecuentes y peligrosos. Los datos proporcionados por la DGT indican que el 40% de los siniestros ocurren en estas circunstancias, superando notablemente los incidentes en rectas y en curvas. En 2022, España registró 1.042 siniestros con víctimas mortales, resultando en 1.145 fallecidos y más de 4.000 heridos graves, cifras que evidencian la necesidad de implementar medidas efectivas para la prevención de accidentes.

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El funcionamiento de los radares de cruce es innovador: situados en puntos estratégicos de especial peligrosidad y donde la visibilidad es limitada, estos dispositivos, equipados con cámaras, detectan la presencia de vehículos intentando incorporarse a una vía principal. Al identificar un vehículo, el sistema envía una señal para activar alertas que advierten a los conductores que se aproximan al cruce, proporcionándoles tiempo para adecuar su velocidad y prevenir posibles colisiones.

La DGT invertirá 975.000 euros en 15 radares móviles capaces de multar hasta en seis carriles.

Capacidad de sancionar

No menos importante es la capacidad secundaria de estos radares para sancionar infracciones de tráfico relacionadas con el exceso de velocidad. Aunque no son su principal objetivo, estos radares también están preparados para detectar aquellos vehículos que no cumplen con los límites de velocidad establecidos, contribuyendo así al objetivo de reducir la siniestralidad en las carreteras. Asimismo, pasarse una señal de STOP o no respetar un semáforo en rojo puede acarrear sanciones de 200 euros y la pérdida de hasta cuatro puntos en el carnet de conducir.

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El número de multas que impone la DGT por exceso de velocidad es significativo, representando dos tercios del total de sanciones emitidas. Los radares de cruce, por su parte, no solo cumplen una función preventiva, sino que a su vez refuerzan el cumplimiento de las normas de tráfico.

Dicho esto, es esencial que los conductores estén informados acerca de la ubicación y funcionamiento de estos radares. La DGT ha asegurado que una parte integral de su estrategia es la transparencia y la educación vial, por lo que se espera que la información específica sobre la localización de estos dispositivos esté accesible para los conductores.

Con la incorporación de los radares de cruce, la DGT reafirma su compromiso con la seguridad vial y la prevención de accidentes, buscando un equilibrio entre la vigilancia efectiva y la concienciación de los conductores sobre la importancia de mantener prácticas de conducción seguras en todo momento, especialmente en puntos críticos como lo son los cruces y las intersecciones. Las autoridades esperan que esta medida, junto con la eficiente difusión de información y políticas de control, resulte en una reducción significativa de los siniestros y contribuya a preservar la seguridad en las carreteras españolas.

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