La Red de Paradores de España aglutina un total de 98 alojamientos exclusivos que ofrecen una experiencia única. Con todos los servicios y comodidades a disposición del cliente, estos hoteles sobresalen por su gran calidad y por enclavarse en destinos únicos y con gran atractivo turístico. Así, todos ellos guardan algo especial que los hace diferentes y donde el viajero puede vivir experiencias únicas.
Algunos de ellos se desarrollan en edificios históricos como castillos o conventos en los que el viajero se impregna del pasado que allí se vivió. Uno que recoge todas estas características es el Parador de Cangas de Onís, el cual, aparte de situarse en uno de los pueblos más bonitos de Asturias, está rodeado de uno de los parajes más impresionantes y turísticos de España: los Picos de Europa. De hecho, la propia red de Paradores lo define como “la puerta de los Picos de Europa”
Más de mil años de historia
El Parador de Cangas de Onís se desarrolla en una de las joyas arquitectónicas más especiales de Asturias: el monasterio benedictino de San Pedro de Villanueva. Se trata de uno de los más antiguos de la comunidad, pues fue fundado en el siglo VIII. Estuvo estrechamente vinculado al linaje de los primeros reyes astures, ya que el encargado de su construcción fue Alfonso I, tercer rey de Asturias, “en conmemoración de su antecesor Favila, hijo de Don Pelayo, y llegó a albergar uno de los primeros panteones reales de la corona astur”, explican desde su portal web.
Esto le otorga una gran importancia histórica que culminó con la calificación de Monumento Nacional en el año 1907. Con esto se pone en valor su rico patrimonio y su trascendencia e imponente arquitectura, que conserva los vestigios de más de 1.200 años.
El Parador ofrece un alojamiento único donde la historia se puede palpar a través de sus habitaciones de piedra y madera decoradas de forma cálida y tradicional. Estas ofrecen todo tipo de servicios y comodidades a disposición del cliente que, junto con los salones y los jardines a la orilla del Sella, terminan de completar un viaje de ensueño.
Una rica gastronomía asturiana
Como nos tienen acostumbrados, los Paradores ofrecen una oferta gastronómica que pone el valor los productos propios de la región. Por ello, el de Cangas de Onís cuenta con “una oferta caracterizada por la calidad del producto y los guiños a la cocina monástica. En su restaurante se pueden probar sabrosas legumbres, un sinfín de quesos o pescados del Cantábrico maridados con las mejores sidras”, señalan.
De esta manera, entre sus especialidades se encuentran: “la fabada y verdinas, tortinos de maíz, ternera asturiana con I.G.P. (Indicación geográfica protegida), quesos asturianos y los mejores postres de tradición monacal y asturiana como el arroz con leche caramelizado”. Por su parte, destaca también el Cheesa Bar, donde uno puede degustar una amplia variedad de quesos asturianos.
Qué ver en Cangas de Onís
El pueblo de Cangas de Onís se caracteriza por ser la primera capital del Reino de Asturias, ofreciendo a sus visitantes un rico patrimonio histórico y cultural. De este modo, uno de sus monumentos más emblemáticos es el Puente Romano, una construcción medieval que se alza majestuoso sobre el río Sella. En su punto más alto, la Cruz de la Victoria, símbolo asturiano por excelencia, corona este monumento histórico. Asimismo, la arquitectura tradicional se respira en cada rincón, donde las casas de piedra y los hórreos antiguos cuentan la historia de la vida rural asturiana.
Por otro lado, la riqueza natural de Cangas de Onís es inigualable. Los Lagos de Covadonga, compuestos por el Enol y la Ercina, ofrecen paisajes de montaña que combinan la tranquilidad de sus aguas con el verde de sus alrededores. A lo que se le suma la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, que de estilo neorrománico, guarda la imagen de la Virgen de Covadonga, siendo uno de los principales lugares de peregrinación de Asturias.
Los Picos de Europa son el otro gran tesoro de la localidad, pues constituye uno de los principales destinos rurales de nuestro país. Todo ello gracias a las actividades que ofrece, como numerosas rutas de senderismo o el divertido descenso del Sella.
Cómo llegar
Desde Gijón, el viaje es de alrededor de 1 hora por la carretera N-634. Por su parte, desde Santander el trayecto tiene una duración aproximada de 1 hora y 25 minutos por la vía A-8.