Génova impulsó los contactos entre el PP de Cataluña y Junts antes de la investidura de Feijóo

La historia ha tenido muchas versiones, pero de todas ellas se puede sacar una misma conclusión: el PP tanteó a Junts tras las elecciones del 23J. La formación liderada por Alberto Núñez Feijóo fue rebajando su tono con Junts en verano de 2023: pasó de decir que era un partido “fuera de la Constitución” a afirmar que su legalidad no estaba en duda, lo que no sentó bien en algunos territorios. Y es que Génova tenía la intención de negociar con los de Carles Puigdemont antes de la investidura del candidato popular, lo que ocurrió durante la primera quincena de agosto, tal y como reconoció el propio Partido Popular que, en cualquier caso, no perdió la ocasión de salpimentar la historia a su gusto.

La reunión se produjo en Barcelona antes de que se constituyese la Mesa del Congreso y, según avanzó el diario La Vanguardia, se celebró en el hotel Alma de la capital catalana. En la misma participaron el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet (hombre de confianza de Carles Puigdemont), el concejal barcelonés Josep Rius y, por parte del PP, el líder en Barcelona, Daniel Sirera, junto con el asesor (cercano a Génova) Xavier Domínguez. Tanto Sirera como varios miembros del partido aseguraron que Génova no fue informada de estos contactos cuando se produjeron, al tratarse de un “café informal”. Sin embargo, fuentes de la Dirección del PP afirman a Infobae España que Génova fue quien impulsó estos contactos.

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Según Sirera, en la reunión no se negoció nada y se produjo con el único objetivo de escuchar lo que pedía el partido de Puigdemont, por lo que entendió que no tenía que informar al líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo. Tal y como ha podido saber este medio, Génova no solo era consciente de que estos contactos se producirían, sino que su intención era, precisamente, que se llevasen a cabo. Con todo, el partido de Feijóo arropó la posición de Sirera diciendo que generalmente los concejales no llamaban a Génova si se tomaban un café con alguien, quitando hierro a una reunión cuyo objeto trascendía mucho más allá de un café entre concejales.

En este encuentro, Junts planteó tres condiciones para facilitar la investidura de Feijóo: el impulso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, un referéndum y la amnistía. Sirera simplemente escuchó y trasladó el mensaje a Génova, que rechazó las tres condiciones, según la versión del cuartel general del PP. Tras hacerse pública la reunión, aseguraron que el objeto de la misma solo era encarecer la investidura de Sánchez, lo que, a su juicio, funcionó. Sin embargo, no todo el Partido Popular compra esta versión: hay un sector que apunta a una intención real de negociar con los independentistas.

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El Partido Popular no tiene claro el futuro de su partido en Cataluña. Alberto Núñez Feijóo ha dicho que la renovación del PP catalán no se producirá hasta el segundo semestre del año, después de las elecciones europeas de junio, pese a que lleva más de un año de retraso. Y es que Génova no cuenta con candidatos con apoyos suficientes como para desplazar a Alejandro Fernández de la cúpula, por lo que, de momento, no hay opciones de que el congreso del PP de Cataluña se desarrolle esquivando la crisis interna.

Feijóo, que hace pocos meses se abrió a que Fernández siguiese al frente del partido y fuese candidato para las elecciones de 2025, ahora vuelve a hablar de rearmar el partido en Cataluña. No afirma una cosa ni la contraria, simplemente no se posiciona. “En este momento todo lo que diga sería una improvisación y no me gustaría cometerla, sobre todo respecto a una comunidad que para el PP es determinante”, dijo este lunes durante un desayuno informativo.

Además, esta semana también ha saltado una información que puede hacer tambalear las encuestas del partido en Cataluña que, de momento, parece que sonríen al PP. La Vanguardia y elDiario.es han publicado unos informes que confirman la existencia de la Operación Catalunya y que, además del excomisario José Manuel Villarejo, el Gobierno de Mariano Rajoy también fabricó pruebas falsas para atacar al independentismo catalán desde 2012 hasta 2016. También se sirvió de información confidencial que suministraban ministerios como el de Hacienda.

Uno de los objetivos era el fiscal jefe de Catalunya, Martín Rodríguez Sol, al que se relacionaba con comisiones de Unió Democràtica de Catalunya. Y también una de las grandes fortunas catalanas, la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella, junto con su marido, Carles Vilarrubí, histórico militante de Convergencia.