El Gobierno equipara la regulación del tabaco calentado a la de los cigarrillos tradicionales y prohíbe los aromatizantes

El Consejo de ministros de este martes también ha aprobado prohibir la comercialización de filtros, papeles de fumar o cápsulas que modifiquen el sabor de los productos del tabaco

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Una persona fuma en una terraza. (María José López/Europa Press)
Una persona fuma en una terraza. (María José López/Europa Press)

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes equiparar legalmente el tabaco calentado, el que no llega a arder, con el tradicional y la prohibición de que contenga aromas. También obligará a que en el etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud.

Se amplía así la prohibición de comercializar productos del tabaco que contengan aromatizantes en sus componentes (como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas) o cualquier otra técnica que permita modificar el olor sabor de los productos del tabaco, o intensificar el humo a los productos del tabaco calentado. Además, los filtros, papeles y cápsulas no podrán contener tabaco, ni nicotina.

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A partir de ahora también será obligatorio retirar la excepción de las obligaciones de incluir un mensaje informativo y las advertencias sanitarias combinadas. Por tanto, las unidades de envasado y el embalaje exterior de los productos de tabaco calentado deberán incluir estos dos mensajes informativos: “El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas” y “Las fotografías en color especificadas en la biblioteca de imágenes del anexo II del Real Decreto 579/2017, de 9 de junio”.

No hay combustión directa de la hoja de tabaco

Cabe recordar que los productos de tabaco por calentamiento (PTC), a diferencia de los cigarrillos tradicionales, se calientan en lugar de sufrir combustión directa de la hoja de tabaco, que es el proceso más tóxico para la salud. Sin embargo, a pesar de que la industria tabacalera ha tratado de mostrarlo como un producto menos dañino, también es perjudicial.

Este Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros, tal y como informa el ministerio de Sanidad en un comunicado, entrará en vigor en el plazo de tres meses desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

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En consonancia con Europa

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha destacado en su cuenta de la red social X que se trata de una medida en consonancia con la Unión Europea, ya que Bruselas empezó a aplicar la prohibición del tabaco aromatizado para cigarrillos electrónicos en noviembre de 2022, si bien dio un plazo a los Estados miembros para adaptar su legislación.

Unos meses antes, en junio de 2022, la Comisión Europea planteó terminar con las ventas de ese subproducto de la industria del tabaco como parte de la estrategia contra el cáncer del Ejecutivo comunitario, ya que casi el 30% de todos los cánceres se atribuyen al tabaquismo.

Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha señalado en esa misma red social que el Gobierno también está trabajando en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo “para avanzar en la regulación de vapeadores, espacios libres de humo y otros aspectos para prevenir adicciones y proteger la salud pública”.

Comité de Prevención del Tabaco pide“dar más pasos” para atajar el problema

El presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Pascual, ha aplaudido la medidas aprobadas por el Gobierno, pero le ha pedido “más pasos” para atajar el consumo y reducir la prevalencia. En declaraciones a la agencia Efe, Pascual ha valorado que el Gobierno se haya “puesto las pilas” y “sacado del cajón un plan que estaba en punto muerto”, al tiempo que le ha emplazado a “no quedarse ahí” y extender la prohibición de fumar a terrazas y a todos los espacios donde se practique deporte, además de paradas de autobús.

También ha pedido a Sanidad que se suba el precio de la cajetilla “porque está demostrado que cuando esto sucede, se reduce el consumo”. Y entre las medidas a poner en marcha, el presidente del CNPT también ha instado al Gobierno a que cualquier facultativo pueda prescribir los fármacos financiados por Sanidad para dejar de fumar y que se potencie al personal de enfermería en el seguimiento de estos pacientes.

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