La sociedad de la nieve no sólo se ha convertido en la película más vista en todo el mundo tras su estreno en Netflix el pasado 4 de enero, también ha abierto la veda de la conversación en torno a todo lo que rodea la película. La cinta de J.A. Bayona retrata los más de dos meses de convivencia de los 16 supervivientes (de los 45 pasajeros totales, 19 de ellos, miembros del equipo de rugby Old Christians Club) del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló el 13 de octubre de 1972 en la Cordillera de los Andes.
Bayona ha querido centrarse, no tanto en la causa que originó el evento, sino en los 72 días posteriores hasta el rescate en los que los supervivientes tuvieron que lidiar con todo tipo de situaciones extremas. Éstos quedaron atrapados en uno de los lugares más inaccesibles del planeta, El valle de las lágrimas, un glaciar a 3.500 metros de altura que invita a la hostilidad más implacable.
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Ante todo, Bayona ha querido plasmar de realidad la cinta con que la representará a España en la próxima edición de los Oscar. Prueba de ello son los efectos especiales que ha empleado para dotar de realismo a la cinta con la que ha regresado al idioma español y que se ha inspirado en la novela homónima del escritor uruguayo Pablo Vierci, que recogió durante años los testimonios de los supervivientes del desastre, formando un relato más fidedigno de los hechos.
El cineasta español se ha basado en La sociedad de la nieve, novela del escritor uruguayo Pablo Vierci, para conformar ese tratado de realidad, pues el autor mantuvo cercanía con los 16 supervivientes tras su rescate, lo que otorga a su relato un mayor grado de fidelidad con respecto a los testimonios. Alumno del Stella Maris (un colegio católico uruguayo que nada tiene que ver con La mesías, serie de Los Javis), Vierci compartió pupitres y apuntes con la mayoría de los supervivientes y, además, comulga con ellos en varios elementos esenciales: el mismo sentido de familia, de país, de cultura y de valores. La cercanía fue clave para escapar de lo común y convertir su obra en un ente más pausado, más reposado y, sobre todo, más sentimental.
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Después de su estreno en Netflix el pasado 4 de enero, los espectadores han convertido la cinta en uno de los elementos culturales más comentados. No en vano, muchas preguntas asaltan a aquellos que han decidido redescubrir los elementos de la tragedia. Una de ellas es por qué los supervivientes casi siempre tienen un cigarrillo a mano.
¿Por qué fuman en la nieve?
“Algunos os preguntaréis por qué había tantos cigarrillos en el avión y también por qué, si los personajes pudieron encenderlos, no encendieron fuego”, ha comentado recientemente Bayona en una publicación en X (antes Twitter). El director de La sociedad de la nieve ha recibido muchas cuestiones al respecto, pero la respuesta se encuentra entre las paginas de la novela de Vierci. “La primera pregunta tiene una respuesta sacada directamente del libro de Pablo Vierci: “La cola del avión estaba llena de paquetes de cigarrillos”, ha comentado el director.
Bayona ha querido ir más allá y ha explicado que, a principios de los años 70 había escasez de cigarrillos en Chile. Javier Methol (superviviente del accidente aéreo) y Francisco “Pancho” Abal (fallecido) eran accionistas de la tabacalera Abal Hnos, motivo que explica el por qué el avión iba cargado de cartones de tabaco. “Por cierto, los cigarrillos, como la comida, fueron racionados durante los 72 días en la montaña”, apostilla el cineasta.
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Some of you are wondering why there were so many cigarettes on the plane and also why, if the characters were able to light them, they didn’t light a fire.
— JA Bayona (@FilmBayona) January 12, 2024
The first question has an answer straight from @pfvierci’s book:
"The tail of the plane was full of packs of cigarettes.”… pic.twitter.com/CMsKgCFRjW
Con respecto a la duda de por qué se podían encender el cigarrillo, pero no hacer fuego para calentarse, Bayona también ha querido aclarar a los espectadores los motivos por los que les resultó imposible hacer una hoguera en la nieve. “¿Y qué hay del fuego? ¿Por qué no encendieron uno para calentarse? Porque las pocas cosas que tenían que se podían quemar estaban demasiado mojadas”, ha concluido.
Una dieta de riesgo
No sólo el atrezzo fue un elemento a tener en consideración a la hora de plasmar las vicisitudes de los supervivientes, la apariencia física era indispensable para dotar de realidad a la cinta. Los actores que hacían de los supervivientes de la tragedia tuvieron que adaptar su cuerpo como si hubiesen tenido que lidiar ellos mismos con los traumas de la supervivencia. Ese fue el caso de Enzo Vogrincic, que perdió 23 kilos durante el rodaje de La sociedad de la nieve.
Tanto Vogrincic, que en la cinta interpreta a Numa Turcatti, como sus compañeros de reparto estuvieron asesorados por nutricionistas a la hora de perder peso durante el rodaje. J.A. Bayona quería que sus cuerpos se asemejaran lo máximo posible a aquellos de los supervivientes, que durante 72 días apenas tuvieron reservas para poder alimentarse, de ahí la antropofagia que se llegó a dar con tal de mantenerse con vida. El intérprete uruguayo perdió 23 kilos con una dieta que implicaba una lata de atún y una mandarina al día.
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