Lindando con Albacete, más concretamente en el municipio conquense de Casas de Benítez, se ubica una de las construcciones más peculiares de Castilla-La Mancha. Se la conoce como ‘el pequeño Versalles’ y no es para menos, pues presenta una arquitectura que bien se parece a la de los grandes palacios franceses, aunque siempre salvando las distancias.
Estamos hablando del Palacio de los Gosálvez, un edificio que durante principios del siglo XX guardaba un lujo exquisito y que ahora está en un estado avanzado de abandono. Su emplazamiento también cobra gran importancia, pues durante la época, la residencia se situaba en el seno de un importante complejo industrial que se aprovechaba de la energía hidráulica que generaba el río Júcar.
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Una arquitectura clásica francesa
El palacio de los Gosálvez fue mandado construir por Enrique Gosálvez y Fuentes Álvarez en 1902. Se erigió como un lugar de descanso para la familia y donde se reunían personalidades de toda índole. Así se constituyo como un “lugar de retiro de hombres de la política, de cacerías y vacaciones estivales que ocupaban a familiares y visitantes que llegaron durante casi un siglo a la mansión, toreros y artistas como Domingo Ortega y Celia Gámez”, explican desde Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha.
Sin embargo, el palacio fue abandonado en la década de 1960, por la decadencia de la familia y tras el fallecimiento en 1964 de Modesto Gosálvez y Fuentes Manresa. El palacio y su entorno fueron comprados en 2006 para ser restaurados y convertidos en un complejo hotelero, aunque a actualmente el proyecto no se ha iniciado. Aun así, la arquitectura del edificio es de admirar, pues de la mano del arquitecto Luis Sainz de los Terreros, presenta un estilo francés que recuerda al conocido palacio de Versalles.
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Así, el edificio consta de un “cuerpo central de dos plantas y mansardas y dos alas perpendiculares, formando una “V” con la central de una planta con terraza, con un porche-terraza ubicado en la fachada principal sobre una escalinata”, cuentan. A su vez, la fachada posterior no se queda atrás, pues cuenta con una porta de tres puertas y un piso superior con un balcón. En total, el edificio alberga unas 365 ventanas y puertas, así como 20 habitaciones.
Otros edificios
Aparte del edificio principal, el complejo incluye una serie de construcciones complementarias tales como “una capilla de estilo neogótico de principios del siglo XX; muros de tapial con verdugadas de ladrillo; bóvedas de ladrillo que arrancan del suelo sin columnas y carpintería de castaño de líneas románico-gótico; ventanales apuntados con vidrieras artísticas”, señalan desde Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha.
Tampoco hay que olvidarse de los jardines que rodean al palacio, pues la vegetación que guarda es única en la región. De esta forma, están circundados por árboles frutales de todas las variedades, abetos, pinsapos, tejos, tilos y castaños de indias. Algunos de ellos, especies únicas en la Comunidad de Castilla-La Mancha, como son las palmeras y los plataneros.
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Cómo llegar
Desde Cuenca, el viaje hasta el palacio de Gosálvez es de alrededor de 1 hora y 20 minutos por las carreteras CM-220 y CM-3114. Por su parte, desde Albacete el trayecto tiene una duración estimada de 40 minutos por la vía A-31.