La semana pasada, el Congreso de los Diputados ha dado luz verde a dos de los tres decretos anticrisis que se debatían en el pleno. La revalorización de las pensiones figuraba en uno de los paquetes que ha conseguido salir adelante. Los subsidios subirán un 3,8%, un porcentaje que permitirá a los pensionistas mantener su poder adquisitivo ante la escalada de los precios. La cuantía de las pensiones públicas, la edad para acceder a la jubilación y las bases de cotización se actualizan de forma anual según lo dispuesto en la última reforma de las pensiones.
La edad ordinaria de jubilación para los trabajadores españoles está fijada en los 65 años, aunque los que tengan menos de 38 años cotizados, no pueden abandonar el mercado laboral hasta cumplir los 66 años y 6 meses. Los ciudadanos tienen toda una serie de mecanismos a su disposición, de hecho, aquellos que opten por alargar su jubilación, pueden ser recompensados con todo tipo de incentivos. La Seguridad Social ofrece bonificaciones de hasta 12.000 euros para los trabajadores que prorroguen más de la cuenta su vida laboral.
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La normativa vigente, además de garantizar el poder adquisitivo de las pensiones y otras medidas de refuerzo del sistema, ofrece toda una serie de beneficios para los trabajadores que opten por retrasar su jubilación. Las dos fórmulas ya existentes conviven ahora con una tercera que fusiona aspectos de cada una de ellas: un porcentaje de incremento del subsidio y una cantidad a tanto alzado. La jubilación demorada tiene sus ventajas y permite a los ciudadanos prorrogar su vida laboral para luego disfrutar de una serie de beneficios en su futura pensión. ¿Cómo funciona este sistema?
¿Qué es la jubilación demorada?
La jubilación demorada es una fórmula para que las personas trabajadoras, tanto por cuenta propia como ajena, puedan prorrogar su vida laboral una vez cumplida la edad ordinaria de jubilación. Los interesados pueden acceder a una serie de beneficios en su futura pensión a modo de recompensa. Las personas que deciden retrasar voluntariamente su salida del mercado laboral pueden escoger entre una serie de opciones, aunque la más novedosa consiste en recibir una cantidad a tanto alzado por año de demora, mediante un único pago, nada más solicitar el retiro.
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Los trabajadores que retrasan voluntariamente su jubilación tienen derecho a un complemento económico en su futura pensión, que puede materializarse de tres maneras distintas. La primera, un porcentaje adicional del 4% por cada año completo cotizado después de cumplir la edad ordinaria de jubilación. La segunda, una cantidad a tanto alzado por cada año cotizado, que dependerá del tiempo que haya trabajado el beneficiario al cumplir la edad ordinaria de jubilación.
Esta asignación extra va desde los 5.000 hasta los 12.000 euros y se cobra nada más solicitar el retiro. En ambos casos, el ingreso será más elevado de lo que les hubiera correspondido jubilándose con 66 años y cuatro meses. Con la entrada en vigor del Real Decreto 371/2023, los españoles pueden optar también por una fórmula mixta, que combina las dos anteriores, pero no tiene carácter retroactivo.