El mundo de la raqueta volvió a sonreír el 25 de julio de 2021. Con Nadal lesionado y Federer entrando en el túnel de la retirada, Djokovic no encontraba rival sobre la pista. Conquistó Melbourne, París, Londres y sólo Medvedev evitó su pleno en Grand Slams, una superioridad que evidenció la fisura entre los últimos retazos del Big Three con la nueva generación y el desgobierno existente en el tenis de élite. Alcaraz supo transformar dichos intangibles en oportunidades y logró una pesca en río revuelto cuyos provechos se extienden hasta la actualidad donde convergen pasado y presente bajo un nombre y apellido: Richard Gasquet.
El francés, rival del murciano en primera ronda del Open de Australia, también lo fue en la última del torneo de Umag 2021, donde inició todo para Carlos Alcaraz. Se enfrentaron la experiencia contra la primera vez. El hombre de mil batallas con el que aspiraba a semejante longeva trayectoria (o mucho más). Quien parece que se encontraba en la recta descendiente y final de su carrera ante el que no paraba de crecer e iba hacia arriba con la velocidad de un Fórmula 1. El murciano marcó el ritmo del partido, se impuso (6-2 y 6-2) y conquistó su primer torneo ATP.
Te puede interesar: Alcaraz ya es un ejemplo a seguir para sus rivales: “Es frustrante ver lo que consigue, pero alimenta mi fuego”
De Umag a Melbourne
Aunque por aquel entonces ya había conseguido colarse por primera vez en los cuadros finales de Roland Garros y Wimbledon o estrenar su cuenta de victorias en los grandes. “Es algo increíble, ahora mismo siento muchas emociones. Estoy realmente feliz con esta victoria, mi primer título ATP. Voy a disfrutar este momento mucho”, aseguró un Alcaraz que con su primer torneo se convirtió en el vencedor más joven en el circuito masculino desde Kei Nishikori en Delray Beach 2008. Récord no exento de la comparación con Nadal, un recurrente en su carrera. Por sólo 8 días no superó el récord de precocidad del balear. 18 años y 73 días, por los 18 años y 81 días del jugador murciano.
Dos años y medio después de tocar el cielo croata, Alcaraz y Gasquet vuelven a coincidir sobre una pista de tenis, esta vez en la dura del Open de Australia y sin su entrenador al lado. Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero separan sus caminos momentáneamente. El entrenador del murciano continúa la recuperación de una artroscopia en su rodilla derecha que le impedirá viajar a las Antípodas para acompañar a su pupilo en el Open de Australia, primer Grand Slam del año. Después de un largo periodo con muletas se prevé que su primer torneo junto a Carlitos sea el Masters 1000 de Indian Wells (6 al 17 de marzo), donde el tenista defiende título.
El testigo de Juan Carlos Ferrero lo recibirá Samu López, miembro de la Ferrero Academy y actual técnico de otro tenista español, Pablo Carreño. El Open de Australia no será la primera vez que Alcaraz compita bajo la tutela de Samu López. El binomio ha tocado metal en su primera y, hasta la fecha, única participación conjunta. Alcaraz conquistó Queen’s certificando su primer título en hierba y recuperando momentáneamente el cartel del número uno, allá por junio de este año. La pareja es sinónimo de triunfo, al menos por el momento.
Alcaraz lidera la ofensiva contra Djokovic
Carlitos tiene por delante la difícil tarea de quebrantar el imperio de Djokovic en Australia. Ningún otro tenista que no se apellide Alcaraz le arrebató durante unas semanas el número uno al serbio y plantarle cara en los Grand Slams, especialmente en Wimbledon, donde provocó la única grieta de Nole la pasada temporada. “Todavía no me lo creo, es increíble. No sólo he ganado, sino que lo he hecho contra una de las mayores leyendas de nuestro deporte. Empecé compitiendo al tenis viéndote jugar. Estás ganando torneos desde que nací”, le dijo Alcaraz a Djokovic.
El español aún no era consciente de la gesta conseguida en Londres batiendo al tenista con más grandes torneos ganados en la historia. Se convirtió, con 20 años, dos meses y 11 días, en el ganador más joven de los últimos 37 años y el tercero más joven de la historia tras Becker y Borg. La gira asiática dinamitó sus aspiraciones, pero el español mantiene viva la llama que le alumbra como el tenista capaz de romper la hegemonía del balcánico.