La Dirección General de Tráfico está para reducir la siniestralidad en las carreteras. Durante décadas el coche fue algo peligroso, mal regulado, muchos grupos de amigos tenían que convivir con la desgracia de haber perdido un miembro en la carretera. La tendencia desde hace años es positiva, pero los accidentes siguen siendo algo mucho más común de lo que sería ideal. Por eso la DGT sigue implementando ideas, controles y normas, para que con el tiempo la cifra de muertos en carretera tienda a cero.
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Entre las últimas incorporaciones a este abanico de mecanismos para controlar el tráfico rodado se encuentran los controles selectivos. Está recogido en la instrucción de Tráfico MOV 2023/27 porque, lógicamente, el Ministerio del Interior, del que depende la DGT, no puede hacer estas cosas sin una reglamentación bien pensada. Los controles selectivos se definen como “servicios de regulación, ordenación, gestión y vigilancia del tráfico”. Es la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil la encarga de aplicar esta normativa en vías públicas interurbanas y en travesías cuando no haya una policía local.
Las medidas tomadas buscarán apaciguar los comportamientos que más influencia tienen en la siniestralidad, como son los excesos de velocidad. Es un factor muy común, justo por detrás de las distracciones y por delante incluso del alcohol. Con esta normativa se programan controles en tramos donde las tasas de accidentes y lesiones sean relevantes en los que la velocidad suela ser excesiva.
Los controles podrán ser selectivos o generales, siendo los primeros más específicos y destinados a controlar los grandes excesos de velocidad que puedan constituir delitos contra la seguridad vial.
Controles selectivos
En los controles selectivos no será necesaria una señalización específica u obligatoria, como sí que ocurre en los radares móviles. Es decir, estos controles móviles no están hechos tanto para disuadir a los usuarios de automóvil para que no corran como para sancionar a aquellos que sobrepasen los límites de velocidad existentes. El objetivo es que en el conductor se tenga la sensación de que siempre, y no solo en los tramos que se conoce de antemano que están controlados, es obligatorio circular por debajo de los límites de velocidad.
Como excepción a la regla general, el umbral de captura de las infracciones se fijará, como mínimo, a partir de la velocidad en la que la multa implica pérdida de puntos. Además, habrá mayor rigor a la hora de notificar en el acto el exceso de velocidad detectado.
Controles generales
Además de los selectivos, seguirán existiendo controles generales. Estos designan los que se realizan desde vehículos y medios y a diferencia de lo que ocurre con los selectivos, no deberían estar ocultos. Son un control preventivo, un aviso a navegantes, una forma de avisar al conductor de que se enfrentan a un tramo de cierto peligro y que, por eso mismo, es de esperar que no sobrepasen los umbrales de velocidad. Siempre que sea posible, tendrán que anunciar su presencia a los usuarios de la vía, no hay un especial afán de detectar infractores, es más bien una manera de evitar que esas infracciones existan. En muchas ocasiones este tipo de avisos se pueden ver en los paneles de la carretera.