La soledad es una de esas pandemias silenciosas que sufre, sobre todo, un sector concreto de la población: los más mayores. El 35,1% de las mujeres y el 14,7% de los hombres mayores de 75 años viven solos en España. De ahí que este sea uno de los asuntos que más preocupan a la sociedad. Y que los ciberdelincuentes hayan puesto el foco en ello para aprovecharse y realizar estafas telefónicas. Una de las más populares en la actualidad es la del conocido como ‘el timo del botón rojo’, de la que ha advertido la Policía Nacional.
A través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han alertado del nuevo engaño que han detectado y que tiene como blanco a los más mayores. Así, explican que los atacantes llaman a sus posibles víctimas y se hacen pasar por trabajadores del servicio de teleasistencia del 112.
Te puede interesar: Los tramos del IRPF en 2024 según tu sueldo: esto es lo que retiene Hacienda de la nómina
Se trata del número de teléfono destinado para atender emergencias las 24 horas del día, todos los días del año. Los ciudadanos, en este caso los más mayores, llaman al 112 cuando necesitan pedir ayuda, por lo que no son los empleados del servicio los que se ponen en contacto. En cambio, los ciberdelincuentes que pretenden suplantar su identidad, sí están realizando las llamadas.
En qué consiste la estafa del ‘botón rojo’
Los estafadores llaman a los mayores haciéndose pasar por trabajadores del 112. Tal y como cuentan desde la Policía Nacional, proponen enviarles un dispositivo con un botón rojo para personas vulnerables que viven solas, como es el caso de los ancianos. Los ciberdelincuentes les dicen que, ante una urgencia, podrán tener acceso a este servicio para recibir ayuda en el domicilio con rapidez.
Te puede interesar: El documento que tienen que presentar a Hacienda miles de españoles antes de marzo
Pero, para que eso sea posible, el usuario debe suscribirse a un plan mensual. Es por ello que las autoridades señalan que, a quienes estén interesados en el botón rojo, los estafadores les piden datos personales y bancarios. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que ese servicio es público y gratuito, por lo que no deben creerse que hay una tarifa de pago.
Y eso no es todo. Otro detalle importante es que el 112 es un teléfono que recibe llamadas, no que las emite. Asimismo, aunque los empleados de este servicio fueran los que llaman, la empresa ya tendría la información y no la solicitaría.
Incluso el hecho de que se dirijan a los mayores por su propio nombre, no garantiza que se trate de una llamada real. Y es que esto puede deberse a que algunos datos personales se han filtrado y los ciberdelincuentes se están aprovechando para dar una falsa sensación de seguridad.
El ‘sppofing’, otro tipo de estafa en auge
La Policía Nacional también advierte sobre el incremento de fraudes de ‘spoofing’, una modalidad de estafa que no solo busca el robo de información personal, sino que, de manera más alarmante, permite a los delincuentes el desvío de fondos desde los ahorros de las víctimas a cuentas que controlan.
Te puede interesar: La subida del SMI levanta ampollas en la hostelería:”Si el Gobierno se inmiscuye resta competencia al mercado laboral”
El ‘spoofing’, una técnica de suplantación de identidad directamente ligada al robo de dinero en cuentas, se ejecuta a través del engaño que implicar recibir un correo electrónico o mensaje de texto que parece legítimo. Estos mensajes, que imitan a los enviados por entidades bancarias, requieren que el destinatario proporcione datos confidenciales, como contraseñas o códigos de verificación.
Una vez que los estafadores consiguen el acceso, proceden a transferir el dinero a otras cuentas, a menudo abiertas con documentos falsificados o robados, lo que complica enormemente la tarea de rastrear los fondos sustraídos.
La policía y expertos en seguridad informática aconsejan extremar la precaución con los mensajes recibidos de fuentes bancarias, por lo que recomiendan verificar siempre la autenticidad de los mismos y nunca compartir información sensible a través de enlaces o números proporcionados en estos correos o SMS. Además, es vital utilizar métodos de verificación en dos pasos y cambiar las contraseñas de manera regular.