El despido improcedente se ha convertido en una situación recurrente en el panorama laboral español. Es importante conocer qué implica este tipo de despido, cuál es la indemnización correspondiente y los pasos a seguir si uno se enfrenta a esta situación.
Se considera despido improcedente aquel que no está justificado legalmente o que, aunque haya razones, no ha seguido el procedimiento establecido por ley. Esto ocurre cuando no se entrega la carta de despido, no se respeta el preaviso o se alegan causas que no se corresponden con la realidad o son desproporcionadas.
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Existen distintas causas que pueden conducir a un despido improcedente. Por ejemplo, puede darse por no cumplir el procedimiento legal, como la ausencia de preaviso; o por carecer de causas legales que lo justifiquen, como alegar una falsa bajada de rendimiento; o utilizar supuestos económicos o organizativos que no se pueden demostrar.
Consecuencias para el empleador
Una vez que un juez lo declara como improcedente, el empresario debe optar entre la readmisión del trabajador o el abono de una indemnización. En caso de no manifestar una opción, se entiende por defecto que se elige la readmisión y el trabajador tiene derecho a los salarios de tramitación hasta que se notifique la sentencia.
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La indemnización por despido improcedente se calcula basándose en 33 días de salario por año trabajado, con un tope de 24 mensualidades. Para contratos anteriores a febrero de 2012, la indemnización es de 45 días por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades. La indemnización se percibe si el empresario opta por esta vía en lugar de la readmisión. A pesar de ser un despido improcedente, el trabajador mantiene el derecho a cobrar el paro, siempre y cuando haya cotizado al menos 360 días en los últimos seis años.
Despido nulo
El despido nulo se diferencia del improcedente en que aquel implica una discriminación o violación de derechos fundamentales. Mientras que en el despido improcedente la falta es más formal o de justificación insuficiente. Si el primer despido se declara improcedente por defectos de forma, la empresa podría volver a despedir al trabajador de manera justificada, siguiendo los requisitos legales.
Ante este escenario, se recomienda actuar con diligencia. Es esencial contar con asesoramiento y representación legal que guíe al afectado en el proceso de reclamación. Debido a que los plazos son ajustados y el derecho a las prestaciones puede verse afectado, es recomendable actuar con rapidez. Los trabajadores afectados por un despido improcedente deben recopilar toda la documentación relacionada con el empleo y su terminación, prepararse para posibles actuaciones legales y conocer sus derechos y posibilidades dentro del marco legal vigente.
El conocimiento y la correcta aplicación de los derechos laborales es fundamental para garantizar la justicia en el ámbito del trabajo. Con el respaldo legal adecuado, los trabajadores pueden asegurarse de que sus derechos sean respetados y obtener la compensación que les corresponde ante despidos injustificados y situaciones laborales irregulares.