Alcaraz y el consejo de su padre que le hizo cambiar: “Está feliz de que no lo haga más”

El número dos del mundo ha reconocido en Australia que la actitud que le caracteriza hoy en día en las pistas es otra muy distinta a la de sus inicios gracias al cabeza de familia

Carlos Alcaraz en rueda de prensa en el Abierto de Australia, en Melbourne (EFE/EPA/MAST IRHAM)

Carlos Alcaraz está listo para afrontar el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada en el tenis. El español quiere volver a acaparar unos cuantos titulares en 2024, con el ímpetu de empezar a conseguir grandes resultados nada más arrancar el año. Hacer un buen papel en Melbourne le satisfaría sobremanera, ya que sólo le falta por conquistar, entre los cuatro majors, el que se celebra ahora y Roland Garros.

De hecho, Alcaraz resulta la gran esperanza de victoria, y posiblemente la única, de la Armada en tierras australianas. Como abanderado de la delegación española más pobre en este evento desde 1996, las curvas para él empezarían, sobre el papel, en las rondas decisivas. En ellas, podría tener al otro lado de la red a jugadores tan notables como Tommy Paul, Alexander Zverev, Daniil Medvedev y Novak Djokovic o Jannik Sinner.

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Pero el murciano está preparado para afrontar el desafío y demostrar por qué es uno de los favoritos a la victoria en el Open. Las dos exhibiciones que ha disputado esta semana, con Álex de Miñaur y Casper Ruud como rivales, han dejado un buen sabor de boca a Carlitos, que tiene claro qué debe mejorar para que el presente curso sea tan o más sobresaliente que los anteriores: “En la pista había cosas específicas a mejorar y fuera tengo 20 años y soy despistado, la puntualidad, el orden…”.

Carlos Alcaraz, en un momento del partido benéfico de exhibición contra Alex de Miñaur (EFE/EPA/JOEL CARRETT)

Sin Juan Carlos Ferrero acompañándole en esta ocasión (”Es duro no tenerle aquí, porque viaja a casi todos los torneos, se pierde uno o dos. Es difícil afrontar un gran torneo sin él, pero está Samuel conmigo y es un gran entrenador”), Richard Gasquet esperará a Alcaraz en el debut. “El objetivo está claro y es intentar ganar otro Grand Slam. Si repito lo de 2023, sería más que fabuloso”, asegura el de El Palmar, que, por otro lado, ha reconocido que ganar el oro olímpico en París bien puede ser el principal objetivo de la campaña.

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El cambio de Alcaraz gracias a su padre

Durante las últimas horas, Alcaraz ha tenido un reconocimiento especial para su ídolo, un Rafa Nadal que finalmente no pisará la Rod Laver Arena: una nueva lesión se lo impedirá. Natural como la vida misma, y no podía ser de otra manera dada su juventud, Carlitos no tiene problemas en reconocer que los nervios aún le asolan cada vez que tiene delante al balear, al que, lo ha dicho abiertamente, idolatra.

Es bastante extraño que la gestualidad de Alcaraz no sea muy positiva cada vez que afronta un partido tenístico. Eso sí, las risas que suelen acompañarle a menudo no eran características en él hace un tiempo. Aprovechó una de las entrevistas que le hicieron en los amistosos de estos días para contar cómo era en sus inicios y qué le llevó a cambiar el chip. O, mejor dicho, quién.

El número uno del mundo en tenis, Carlos Alcaraz, tiene tres hermanos. Dos de ellos están también metidos en el mundo del tenis

De pequeño, me cabreaba más en las pistas. Fue mi padre quien me dijo que no lo hiciera”, aseguró Alcaraz en presencia del cabeza de familia, que no pierde ocasión de acompañarle y apoyarle a lo largo y ancho del mundo. “Está feliz de que no lo haga más. Él es la principal razón por la que juego al tenis, estoy aquí gracias a él. Fue la primera persona que me dijo que debía jugar con una sonrisa, así que creo que está feliz ahora”, sentenció un hijo sin duda orgulloso de su progenitor.

Carlos Alcaraz padre y su hijo pequeño, Jaime, en Wimbledon (Redes sociales)

Carlos Alcaraz sénior, que llegó a ser subcampeón de España y a disputar algunos torneos ATP, ejerció como entrenador no sólo de Carlitos, sino del resto de sus hijos. Los tres restantes han pasado igualmente por el deporte de la raqueta, con el más pequeño de la saga, Jaime, como gran seguidor de los pasos del último campeón de Wimbledon.

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