Los hogares inician 2024 con confianza en el empleo y mejoran sus perspectivas sobre la economía pese a la desaceleración

El consumo privado será el principal motor del crecimiento del PIB este año: el empleo y las subidas salariales tiran positivamente de él, pero la inflación y los tipos de interés pesan en el sentido contrario

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Una persona con bolsas en
Una persona con bolsas en una calle comercial. (Jesús Hellín/ Europa Press)

La economía española crecerá menos en 2024 que en 2023 según todas las previsiones —incluidas las del Gobierno— debido a la caída de las exportaciones por la ralentización de la actividad económica global y europea y al impacto de las subidas de los tipos de interés. Según el Banco de España, el retardo entre las acciones de política monetaria y su efecto en la actividad provocará que durante este año se registre el mayor impacto de los elevados tipos, que restarán 1,2 puntos al PIB. En este contexto cobra especial relevancia el comportamiento del consumo de los hogares, sobre el que ya se conocen algunos indicadores de expectativas.

Los consumidores mejoran su confianza en la economía, el empleo y en su situación económica en 2023 respecto a los años anteriores. Según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) del CIS publicado este jueves con datos de diciembre, el índice medio de situación actual de la economía española creció 13,7 puntos en 2023 respecto a 2022, aunque continuó marcando cifras inferiores a las de 2019. Este mayor optimismo se produce a pesar de que la economía crece menos cada año, pero es consecuente con la recuperación del nivel de PIB anterior a la pandemia, completado en el tercer trimestre de 2022.

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La mejora en la opinión sobre el trabajo y sobre la situación de los hogares descansa en una mayor seguridad laboral y, por ende, en mejores expectativas de ingresos. Ambos fenómenos los recogen en más detalle los informes trimestrales de Kantar, publicado el último este jueves. Según esta fuente, el 87% de los encuestados afirma tener poca o ninguna posibilidad de perder su empleo en los próximos seis meses. La evolución del indicador ha mejorado de manera progresiva desde 2013 y el aumento ha continuado tras la reforma laboral.

El ministro de Economía, Comercio
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa. (Eduardo Parra / Europa Press)

Tener menor miedo a perder el trabajo se traduce también en una percepción de mayor seguridad de los ingresos, apuntalados por las subidas salariales de 2023. El 58% de los preguntados por cómo creen que evolucionarán sus ingresos afirma que se mantendrán, solo el 5% cree que bajarán (entre las cifras mínimas de la serie histórica) y el 11% piensa que aumentarán. Según explicó el Banco de España, detrás de esta mejora en las expectativas está el crecimiento de los puestos de trabajo, pero también el hecho de que cada vez más sean de carácter indefinido.

Más ingresos suelen suponer más consumo, según aseguró el director general de Economía y Estadística del Banco de españa, Ángel Gavilán, citando los datos de la encuesta Consumer Expectations: “La mejora de las perspectivas sobre la situación laboral tiene efectos expansivos sobre el consumo”. En este sentido explicó que la conversión de un contrato temporal en indefinido en 2022 habría conllevado un incremento de la ratio de gasto sobre renta “entre 0,18 y 0,24 puntos porcentuales”. Esto se traduce en que el gasto habría aumentado entre 1.846 y 2.462 euros anuales en los hogares cuya cabeza de familia firmó un contrato indefinido.

El consumo privado será clave en 2024

El consumo privado recuperó su nivel previo a la pandemia en el tercer trimestre de 2023, un año después que la economía en general. El empleo y las subidas salariales son los factores positivos que tiran del consumo, pero la inflación y los tipos de interés pesan en el sentido contrario. En el informe de Kantar se observa una frustración relativa a grandes compras.

El 53% de los encuestados mantiene la idea de que es mejor controlar o mantener los gastos domésticos y evitar compromisos a largo plazo. Además, el 38% de los consumidores cree que es mejor reducir gastos. La opinión sobre la ocasión para hacer grandes compras se ha debilitado desde finales de 2021 y las cautelas ante el consumo se mantienen sobre todo en los grandes gastos que requieren financiación.

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Esto coincide con las previsiones del Banco de España, que anticipan menos créditos al consumo por el tensionamiento de la política monetaria. Lo que se traduce también en unas perspectivas menos favorables acerca de la evolución futura del consumo de los hogares, si bien este crecerá ligeramente respecto a 2023 y seguirá siendo “el principal motor del crecimiento español en 2024″, junto con la inversión empresarial en un segundo plano. Conjugando estos dos aspectos con el descenso de las exportaciones, la institución pronostica un avance del 1,6% del PIB para 2024, mientras que el Gobierno anticipa un 2% en su Plan Presupuestario.

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