“Aquí puedes hacer historia, allí serás uno más”. Cuatro años y un Sicue en Barcelona después, Antoine Griezmann tomó el consejo dado por Erika Choperena, su mujer, cuando dudaba entre fichar Barça o seguir en el Atlético –Vol.1– y lo convirtió en realidad. Con una jugada prodigiosa, a la altura de su trayectoria en el club colchonero. Recibió entre líneas, quebró a Modric y Rüdiger de un taconazo y atacó el espacio para cruzar su disparo con dureza. Gol número 174 con la camiseta rojiblanca, uno más que Luis Aragonés, quien hasta la noche del pasado miércoles era máximo goleador histórico del Atlético de Madrid. Resulta curioso que ninguno de los dos máximos goleadores de la historia del club rojiblanco sean un delantero puro.
Porque no lo era Luis, y tampoco lo es el futbolista que, 50 años después, le ha superado. Aragonés era un ocho cuyo área de acción ocupaba todo el frente de ataque. “Griezmann es polivalente. Con nosotros empezó jugando de banda, era un extremo izquierdo que colaborada con su lateral en defensa. Un volante izquierdo que ayudaba a controlar la banda con el lateral de su lado y lo hacía muy bien. Trabajaba con y sin balón, como hace ahora. Más tarde pasó a jugar un poco más hacia dentro en aquella conjunción con Carlos Vela. En la selección francesa ha jugado como delantero, mediapunta e incluso en algún partido como doble volante”, analiza para Infobae España Martín Lasarte, técnico que hizo debutar al francés en LaLiga.
Te puede interesar: El resurgir de Griezmann
Inteligencia futbolística
“Griezmann es un jugador que tiene la capacidad de hacer que las cosas parezcan muy simples. Limpia la jugada cuando pasa por él. No necesariamente tiene que ser con una floritura, que podría porque tiene calidad para ello, pero lo hace más sencillo. Con un pase, un cambio de orientación, un movimiento… Acelera cuando tiene que acelerar, ralentiza cuando debe ralentizar, juega corto cuando lo reclama la jugada y largo cuando es necesario. Y si hay una cosa que siempre ha tenido, y es lo que le asocia con el gol, es su llegada por sorpresa. Es muy bueno para elegir los carriles y la llegada imprevista, especialmente cuando el juego está volcado en la banda. Es una intuición, un talento que posee. Es muy bueno para captar la filosofía de su entrenador”, detalla Lasarte.
Cuando fichó por el Atlético durante el verano de 2014, entonces con 23 años, Griezmann era el baluarte de la Real Sociedad. Un futbolista cuyo nombre figuraba en la agenda de grandes clubes europeos. Llegó como futura estrella, pero tuvo que sudar como gregario a lo largo de cuatro meses, de septiembre a diciembre –la mili del Cholo– para ganarse la titularidad como rojiblanco. Fichado como extremo, Simeone le fue reconvirtiendo, poco a poco, en un segundo delantero y moldeando la que a día de hoy es su magnum opus futbolística. “A los jugadores cuando vos le decís: ‘Jugá libre’, no lo interpretan bien. Griezmann es el primer jugador que tengo que vos le decís: “Jugá libre”. Y lo hace todo bien”, llegó a asegurar el técnico argentino.
Te puede interesar: Griezmann, el jugador más determinante de LaLiga
Explosión goleadora inesperada
Tras su llegada en 2014 era difícil presagiar que Antoine, un extremo, rompiera en un goleador de tal dimensión, capaz de convertirse en el máximo artillero rojiblanco de siempre. “Cuando me dijiste que era el jugador con más goles del Atlético, enseguida me puse a mirar los datos”, reconoce a Infobae España un Martín Lasarte sorprendido por los guarismos anotadores del francés. “Fíjate, con la cantidad de grandes jugadores que ha tenido el Atlético como Agüero, Forlán… Lo que pasa es que Griezmann tiene la capacidad de estar siempre entre los máximos goleadores cada temporada. Si bien no suele ser el que lleva el peso anotador, siempre se mantiene cerca de quien lo sea”, añade.
“Podría decir que sí y quedaría fantástico, pero la verdad es que no lo pensé. Sí que he tenido en mente el concepto de aportar un cierto número de goles, pero yo le veía más asistente que goleador. No tiene el ego de un delantero centro. A veces tiene una situación para marcar, pero ve a un compañero mejor posicionado y le cede el tanto. Es generoso en ese aspecto, incluso podría llegar a tener más goles de los que tiene. Yo sinceramente no, nunca hubiera imaginado que superaría la marca histórica. Me encanta y me siento orgullosísimo, pero nunca lo hubiera pensado realmente”, sostiene Martín Lasarte.
“Imagínate si no se llega a ir al Barça y hubiera seguido en el Atlético. ¿Cuántos goles llevaría?”, plantea el técnico que hizo debutar a Griezmann en Liga. Abandonar el Atlético en el verano de 2019 supuso una interrupción que jugó en su contra a la hora de poder alcanzar el hito y ese lugar tan distinguido en la historia del club. Dejó el Atlético con 133 goles en 257 partidos. “Yo en el Barça le vi triste. Con el ceño fruncido y la cabeza gacha. Me sorprendió porque la sonrisa es su seña de identidad. Quizás el hecho de llegar cuando se fue Neymar hizo que cayera en comparativas. Pero a los futbolistas, como a cualquier persona en la vida, a veces le viene bien un cachetazo psicológico”.
Volver a ser reconocido por la grada del Metropolitano ha contribuido a su plenitud en el campo y fuera de él. “A veces hay que cargar la mochila otra vez y decir ‘tengo que demostrar que sigo siendo el que era’. Volvió al Atlético siendo más maduro, los hechos lo demuestran. Ahora está más preparado. Fue un paso. Jugó en un equipo lleno de figuras con otros objetivos que no alcanzó. No él, sino el equipo, porque el fútbol es un deporte colectivo. Creo que le hizo bien de cara a volver al Atlético”, asegura Lasarte.
Si escapamos de los fuegos artificiales y el bullicio, nos damos cuenta de todo lo que ofrece Griezmann, un jugador que, aunque no siempre se le reconozca, está destinado a dominar el juego. Lleva varias temporadas siendo el futbolista que mejor domina el ritmo y la fluidez. Y quien domina el ritmo y la fluidez está, inevitablemente, destinado a dominar el fútbol. “Creo que él ha encontrado en el Atlético de Madrid su lugar en el mundo. Es capaz de ponerse el esmoquin y el mono de trabajo”, finaliza Martín Lasarte. “Haz de tu vida un sueño, y de un sueño, una realidad”. La frase pertenece a Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, y acompaña a Griezmann todos los días de su vida. La lleva tatuada en su antebrazo. Él es el Principito rojiblanco que se ha convertido en rey. Luis descansa orgulloso.