Siete años y cuatro juicios para hacer justicia por el último triple crimen en Madrid: “Hay un asesino entre rejas”

Un tribunal de Venezuela condena a 30 años de prisión al exmarine que asesinó a tres personas en un despacho de abogados del barrio de Usera. Su objetivo no estaba allí

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Trasladan uno de los cuerpos tras el triple crimen en un despacho de abogados de Madrid (EFE/ Javier Lizón)
Trasladan uno de los cuerpos tras el triple crimen en un despacho de abogados de Madrid (EFE/ Javier Lizón)

Siete años, seis meses y 16 días. Es el tiempo que ha trascurrido desde el último triple crimen ocurrido en Madrid hasta que se ha dictado la sentencia correspondiente. Por el camino quedan una negativa de extradición, el traslado del caso a Venezuela, tres suspensiones del juicio y un intento de expulsión in extremis. Finalmente, un tribunal de Caracas (Venezuela) ha condenado al exmarine Dahud Hanid-Ortiz a 30 años de prisión, la pena máxima contemplada en ese país.

El triple homicida, en realidad, buscaba acabar con la vida del responsable del despacho, el abogado Víctor Joel Salas, por un ataque de celos, pero en el momento del asalto no estaba en el despacho. Perdió a dos de sus compañeras, Elisa Consuegra y Maritza Osorio, y a un cliente, Pepe Castillo, a quien el exmarine confundió con él. Desde ese 22 de junio de 2016 ha vivido un auténtico calvario judicial. Tras conocer la sentencia, dice a Infobae España sentirse “aliviado” de la “presión” sufrida durante los últimos años, además de “satisfecho” porque “hay un asesino entre rejas”.

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Dahud-Hanid Ortiz viajó desde Alemania, donde vivía, hasta Madrid para vengarse de Víctor Joel Salas, al que acusaba de haber mantenido una relación con su pareja. Localizó el despacho en el que trabajaba y entró con la intención de matarle. De hecho, al huir del lugar tras prender fuego a los cadáveres pensaba que una de las tres personas que había asesinado era el abogado, pero después supo por la prensa que se trataba de un cliente del despacho.

La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación, pero no fue hasta 2018 cuando el exmarine fue detenido en Venezuela, su país de origen. Las autoridades venezolanas rechazaron su extradición a España para ser juzgado por el triple crimen, por lo que el Tribunal Supremo del país latinoamericano lo puso en manos de un juzgado de Caracas. Desde entonces, el juicio se reinició hasta en tres ocasiones por cambios de jueces y fiscales.

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Venezuela trató de expulsarle a España

El juicio comenzó por cuarta vez el pasado mes de marzo y trascurrió con normalidad hasta que el pasado 20 de diciembre estaba previsto el acto de lectura de sentencia. Sin embargo, Dahud Hanid-Ortiz, al que la policía tenía que trasladar desde la cárcel, no se presentó. Tras la incertidumbre provocada, se supo que Venezuela habían intentado in extremis expulsar al exmarine a España. El reo había llegado a embarcar en un avión con destino Madrid, pero las autoridades españolas se negaron a su traslado a territorio nacional.

El edificio de los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid (Gabriel Luengas/ Europa Press)
El edificio de los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid (Gabriel Luengas/ Europa Press)

Esto coincidió con la decisión del juez de Madrid que investigó el caso en un primer momento. Al entender que ya se había juzgado, pese a que no se conocía la sentencia, desactivó la orden internacional de detención del exmarine. En ese momento, Víctor Joel Salas temió que el autor del triple crimen, más de siete años después, pudiera quedar indemne.

Sin embargo, los agentes de Interpol Venezuela lo recluyeron en un centro de extranjería hasta que este martes el tribunal convocó de nuevo el acto de lectura de sentencia. Dahud Hanid-Ortiz, presente en el juzgado, fue condenado a 30 años de prisión, la máxima condena contemplada en la legislación venezolana.

Una vez cerrado este tortuoso capítulo de su vida, Víctor Joel Salas destaca que “se ha hecho justicia” gracias al trabajo, entre otros, del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional en Madrid, que investigó el caso, el juez que lo instruyó y los medios de comunicación que no han dejado que caiga en el olvido.

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